Corona (tocado)

En el presente artículo, exploraremos en profundidad el tema de Corona (tocado), abordando sus aspectos más relevantes y actuales. Desde sus orígenes hasta su impacto en la sociedad actual, pasando por los distintos enfoques y perspectivas que se han desarrollado a lo largo del tiempo. Este tema es de suma importancia en la actualidad, ya que ha generado un amplio debate y reflexión en diversos ámbitos, desde la política hasta la cultura, y ha marcado un punto de inflexión en la forma en que abordamos diferentes problemáticas. A lo largo del desarrollo de este artículo, analizaremos las distintas aristas de Corona (tocado), profundizando en sus implicancias y generando un espacio de reflexión crítica en torno a este fenómeno.

Corona del Sacro Imperio Romano.

La corona para ornamento de la cabeza se ha considerado en todas las épocas como distintivo de la autoridad real y, en algunas de sus formas, como premio o condecoración debida a méritos muy singulares.

  • La corona radiante o con puntas en el borde superior fue entre los romanos un atributo de los dioses y de los emperadores a quienes se tributaron honores divinos.
  • La corona triunfal o de laurel, ya natural, ya metálica, se daba por los romanos a los generales victoriosos.
  • La corona cívica o de rama de encina se concedía en Roma a los ciudadanos beneméritos.
  • La corona obsidional o gramínea (de grama) se otorgaba a aquellos que habían obligado al enemigo a levantar el asedio de alguna plaza.

Los emperadores romanos aparecen frecuentemente figurados en las monedas llevando corona triunfal y, a veces, corona radiante. Después de Constantino I, y en el Imperio bizantino, suelen llevar diadema decorada con piedras preciosas​ pero algunos de estos últimos adoptan también la tiara persa modificada.

Corona de Hierro.

Los reyes de Occidente, en la Edad Media, gastan coronas en forma de aro cilíndrico de oro, adornado con pedrería y, a veces, con pinjantes; desde el siglo IX al XIII suelen montarse sobre el aro unos florones o puntas con bolas, y desde el XIII se estrecha el aro y se convierten los florones en trifolios, lo cual es muy común en los dos siglos siguientes. Desde el siglo XVI se fija la distinción entre coronas de reyes, príncipes y nobles.
La corona europea más antigua todavía existente es la Corona de Hierro del siglo VII.

Durante toda la Edad Media, las coronas heráldicas, muy variadas, se consideraron un simple elemento decorativo. Durante el siglo XIV aún adornaban a menudo el casco y no tenían carácter nobiliario. Las primeras coronas de los reyes de Francia se derivaron de estas. En el siglo XV apareció la costumbre de cerrar las coronas con arcos, pero no fue apenas en los siglos XVII y XVIII cuando los autores heráldicos comenzaron a codificar las coronas nobiliarias, cuya jerarquía y aspecto variaban de un país a otro. Algunas coronas honoríficas se podían colocar sobre el casco o remate del escudo. Por ejemplo, la circunferencia de la corona de vallas es un vallado de estacas, mientras que la corona mural, que data de Napoleón I, representa ciudades, reminiscencia de la Antigüedad. Según la importancia de la ciudad, tiene tres, cuatro o cinco torres. La heráldica urbana contemporánea utiliza la corona naval y la de aviación para timbrar los escudos de armas de las ciudades dotadas de aeropuerto o puerto naval.

Galería

Antigua Roma

Antiguo Egipto

Corona Blanca
Hedyet
Corona Roja
Desheret
Corona Doble
Sejemty
Corona Atef

Otras

Corona de flores Corona de espinas

Notas y referencias

  1. Amiano Marcelino (2002). Historia. Madrid: Ediciones Akal. p. 378, nota 24. ISBN 84-460-0983-8. «Los emperadores Galieno y Aureliano llevaban a veces una diadema blanca que fue sustituida, bajo Constantino, por otra más sofisticada, decorada con piedras preciosas e hileras de perlas, que pronto llevó el nombre de "corona".» 
  2. Modelo de madera incrustada en piedras preciosas, símbolo que perfleja al nuevo reich alemán. Usada para escudos.

Gran Enciclopedia Integral. Larousse. 

Véase también

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