Dígrafo

En el siguiente artículo se abordará el tema de Dígrafo, un tema de gran relevancia en la actualidad. Se explorarán diferentes aspectos relacionados con Dígrafo, desde su origen hasta su impacto en la sociedad actual. Se analizarán las diferentes perspectivas y opiniones en torno a Dígrafo, con el fin de proporcionar una visión integral y objetiva sobre el tema. Además, se presentarán datos relevantes y estudios recientes que permitirán comprender mejor la importancia y la influencia de Dígrafo en nuestro entorno.

Un dígrafo es un grupo de dos letras que representan un solo fono,​ incluyendo uno doble como una consonante africada. Algunos dígrafos corresponden a sonidos no representados por una sola letra en el idioma correspondiente. La palabra dígrafo está formada por di- 'dos', y -grafo 'que escribe' o 'que describe', raíces provenientes del griego δι- di-, y -γράφος -gráphos, este último de la raíz de γράφειν gráphein 'escribir'.

Dígrafos en español

En español se emplean 5 dígrafos para representar diversos fonemas: «ch», «ll», «rr», «gu» y «qu», considerados estos dos últimos como variantes posicionales para los fonemas /g/ y /k/.​ Los dígrafos ch y ll tienen valores fonéticos específicos, por lo que en la Ortografía de la lengua española de 1754 comenzaron a ser considerados como letras del alfabeto español​ y a partir de la publicación de la cuarta edición del Diccionario de la lengua española en 1803​ se ordenaron separadamente de c y l,​ y fue durante el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española celebrado en Madrid en 1994, y por recomendación de varios organismos, que se acordó reordenar los dígrafos ch y ll en el lugar que el alfabeto latino universal les asigna, aunque todavía seguían formando parte del abecedario.​ Con la publicación de la Ortografía de la lengua española de 2010, ambas dejaron de considerarse letras del abecedario.

En español anteriormente existían más dígrafos, como el dígrafo ph, que representaba el mismo sonido que f, o el dígrafo nn, que se pronunciaba igual que ñ. El grafema ñ no era originalmente más que una 'n' encima de otra 'n' representando de forma abreviada la secuencia nn, esto mismo se hacía con las vocales, por ejemplo conde o manto se podían escribir "cõde, mãto; con el tiempo ñ pasó a ser considerada una letra independiente con su propio sonido; este sonido se representa en varios otros idiomas como dígrafo: nh en portugués, ny en catalán o gn en francés e italiano.

Dígrafos en otros idiomas

En polaco normalmente se la escribe con una sola letra (Ń), aunque delante de vocales pierde el acento, que se substituye por una I (NI), por lo cual se convierte en dígrafo.

El idioma con mayor número de dígrafos en España es el catalán: más de diez (la cantidad exacta depende del dialecto del catalán utilizado).

Transliteraciones

En ocasiones, en la transliteración de vocablos de un idioma a otro, se recurre a los dígrafos para representar sonidos inexistentes en las lenguas de destino.

Como en inglés y en francés no existe el sonido de la X (ja) rusa, la cual suena de manera muy similar a la jota en español (aunque la h aspirada anglosajona se le aproxima), cuando se translitera del ruso hacia aquellos idiomas se usa el dígrafo kh. Por ejemplo, el original ruso Хрущёв se transcribe ocasionalmente en inglés como Khrushchev y en francés como Khrouchtchev', mientras que en español se usa generalmente la transcripción Jrushchov.

Algo similar sucede con el dígrafo zh, que equivale aproximadamente a la j francesa o portuguesa, y también se usa, en inglés y en español, cuando se adaptan al alfabeto latino nombres rusos que contienen la letra Ж, cuya equivalencia aproximada, en el alfabeto fonético internacional (IPA) es el símbolo ʒ. Algunas transcripciones comunes mediante dígrafos son:

Dígrafo ch sh zh kh gh th dh
Grafemas č š ž x ḡ, ġ ṯ, þ ḏ, ð
AFI ʧ, ʨ ʃ , ɕ, ʂ ʒ, ʑ, ʐ x, χ ɣ θ ð

En la transcripción de lenguas australianas es frecuente usar los dígrafos <th, nh, lh> para / t̪~d̪, n̪, l̪/; <rt, rn, rl> para /ʈ~ɖ, ɳ, ɭ/ y <ty, ny, ly> para /c~ɟ, ɲ, ʎ /.

Véase también

Notas y referencias

  1. Véase también el apartado "Fono y fonema" del artículo dedicado al fonema.
  2. Real Academia Española. «dígrafo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 9 de enero de 2019. 
  3. Real Academia Española. «di-²». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Consultado el 9 de enero de 2019. 
  4. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2014). «-grafo». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa. ISBN 978-84-670-4189-7. Consultado el 9 de enero de 2019.
  5. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2010). Ortografía de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe. p. 64. ISBN 978-6-070-70653-0. 
    5.4.1.1 Letras y dígrafos: el estatus de ch y ll
    Como ya se ha explicado (v. § 5.2), solo son propiamente letras los grafemas, esto es, los signos gráficos simples. Por esta razón, no deben formar parte del abecedario las secuencias de grafemas que se emplean para representar ciertos fonemas.
    En español, además de las veintisiete letras arriba indicadas, existen cinco dígrafos o combinaciones de dos letras, que se emplean para representar gráficamente los siguientes fonemas:
    a) El dígrafo ch representa el fonema /ch/: chapa, abochornar.
    b) El dígrafo ll representa el fonema /ll/ (o el fonema /y/ en hablantes yeístas): lluvia, rollo.
    c) El dígrafo gu representa el fonema /g/ ante e, i: pliegue, guiño.
    d) El dígrafo qu representa el fonema /k/ ante e, i: queso, esquina.
    e) El dígrafo rr representa el fonema /rr/ en posición intervocálica: arroz, tierra.
  6. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2010). Ortografía de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe. pp. 64-65. ISBN 978-6-070-70653-0. 
    Desde la segunda edición de la ortografía académica, publicada en 1754, venían considerándose letras del abecedario español los dígrafos ch y ll (con los nombres respectivos de che y elle), seguramente porque cada uno de ellos se usaba para representar de forma exclusiva y unívoca un fonema del español (antes que la extensión del yeísmo alcanzara los niveles actuales y diera lugar a que hoy el dígrafo ll represente dos fonemas distintos, según que el hablante sea o no yeísta). Es cierto que se diferenciaban en esto de los demás dígrafos, que nunca han representado en exclusiva sus respectivos fonemas: el fonema /g/ lo representa también la letra g ante a, o, u (gato, goma, gula); el fonema /k/ se escribe además con c ante a, o, u y con k (cama, cola, cuento, kilo, Irak); y el fonema /rr/ se representa con r en posición inicial de palabra o detrás de consonante con la que no forma sílaba (rama, alrededor, enredo).
    Sin embargo, este argumento no es válido desde la moderna consideración de las letras o grafemas como las unidades mínimas distintivas del sistema gráfico, con independencia de que representen o no por sí solas una unidad del sistema fonológico. Por lo tanto, a partir de este momento, los dígrafos ch y ll dejan de ser considerados letras del abecedario español, lo cual no significa, naturalmente, que desaparezcan de su sistema gráfico; es decir, estas combinaciones seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de las palabras españolas. El cambio consiste, simplemente, en reducir el alfabeto a sus componentes básicos, ya que los dígrafos no son sino combinaciones de dos letras, ya incluidas de manera individual en el inventario. Con ello, el español se asimila al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas.
  7. Ch, en el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española
  8. Ll, en el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española
  9. Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2010). Ortografía de la lengua española. Madrid: Espasa Calpe. p. 65. ISBN 978-6-070-70653-0. 
    Debido a su anterior consideración de letras del abecedario, los dígrafos ch y ll tuvieron un apartado propio en el diccionario académico desde su cuarta edición (1803) hasta la vigesimoprimera (1992), de modo que las palabras que comenzaban por esos dígrafos o los contenían, se ordenaban alfabéticamente aparte, es decir, después de completarse la serie de palabras con c y l. En el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, celebrado en Madrid en 1994, sin dejar de considerar aún los dígrafos ch y ll como letras del abecedario, se acordó no tenerlos en cuenta como signos independientes a la hora de ordenar alfabéticamente las palabras del diccionario. Así, en la vigesimosegunda edición del DRAE (2001), primera publicada con posterioridad a dicho congreso, las palabras que incluían esos dígrafos ya se alfabetizaron en el lugar que les correspondía dentro de la c y de la l, respectivamente.
  10. Diccionario panhispánico de dudas, Santillana Ediciones Generales, ISBN 958-704-368-5, pág. 5-6
  11. Real Academia Española, ed. (2010). «Exclusión de los dígrafos ch y ll del abecedario». Consultado el 30 de noviembre de 2014. 

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