En el mundo de Vivero (jardinería), podemos encontrar una amplia variedad de situaciones, opiniones y experiencias que nos llevan a cuestionarnos y reflexionar sobre diferentes aspectos de la vida. Ya sea a través de la observación, la participación o la investigación, Vivero (jardinería) nos brinda la oportunidad de explorar nuevos horizontes y descubrir información valiosa que puede enriquecer nuestro conocimiento. A lo largo de la historia, Vivero (jardinería) ha desempeñado un papel fundamental en el desarrollo de la sociedad, y su influencia continúa siendo relevante en la actualidad. En este artículo, exploraremos las diferentes facetas de Vivero (jardinería) y analizaremos su impacto en la sociedad contemporánea.
Un vivero, del latín vivarium, es un conjunto de instalaciones agronómicas en el cual se cultivan todo tipo de plantas hasta que alcanzan el estado adecuado para su distribución, venta o consumo propio. Es decir, los viveros son sitios especialmente dedicados a la producción de plántulas de la mejor calidad y al menor costo posible.
Cualquier vivero de mediana producción requiere de, al menos, un:
Y puede poseer, en el caso de ser más complejo:
El sustrato empleado generalmente es la turba rubia, o bien mezclas de esta con tierra, vermiculita, perlita, abono de liberación lenta y fibra de coco.
El riego es crucial para el buen desarrollo del cultivo, si bien su demasía puede ocasionar micosis y otras enfermedades.
En la fase de semillero suele tratarse de bandejas de 60 alveolos de 240 cc donde el cepellón puede poseer una fuerte raíz primaria no espiralada y multitud de raíces secundarias. Durante el desarrollo el vegetal se trasplanta a contenedores de mayor tamaño: hasta de varios litros.
La luz es necesaria para la fotosíntesis y para evitar micosis. La selección de longitudes de onda de su espectro electromagnético ha de ser controlada en invernaderos y umbráculos.
La temperatura y humedad ambiental deben controlarse puesto que afecta al grado de transpiración y evaporación, y la aparición de enfermedades.
Las micorrizas facilitan el desarrollo de biomasa vegetal y su resistencia al estrés hídrico.