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El balón prisionero, es un juego popular con distintas variantes, practicado normalmente en clases de educación física. Se dividen en dos equipos y una cancha que se divide en dos. Se ubican los equipos, uno a cada lado de la cancha. De cada equipo habrá un jugador (delegado) situado en el campo contrario por fuera de los límites del rectángulo. Con 6 pelotas en juego los jugadores de uno y otro equipo tratarán de eliminar a los jugadores contrarios del otro equipo arrojando la pelota para que esta los golpee sin ningún pique previo y caiga al suelo. Los jugadores «quemados» o «muertos» irán al área donde se encuentra el delegado y podrán «quemar»/«matar» a los jugadores contrarios si la pelota llega hasta sus manos y con esa pelota le dan a alguien del equipo contrario.
En este juego existen variantes:
El campo de juego es rectangular, con medidas de 18×9 metros, dividido por la mitad con una raya trazada en el suelo para separar el terreno de cada equipo. Ningún jugador puede traspasar esa raya divisoria y puede jugarse en cualquier tipo de terreno siempre y cuando esté libre de obstáculos.
El juego tiene muchas variantes, a continuación se nombran algunas de las que se juegan:
Se juega como el delegado tradicional, en vez de jugarse en dos campos, se juega en cuatro campos, cuatro grupos de jugadores. Cada grupo compite contra los otros tres.
Semejante al delegado tradicional, pero cada grupo está integrado por mujeres y varones. Cuando comienza el juego, el encargado define a quién vale quemar, si vale quemar varones, las mujeres los defienden y no pueden ser quemadas; si vale quemar mujeres, los varones las defienden y no pueden ser quemados. Alternar rápidamente a quién se puede quemar.
Semejante al delegado tradicional, pero en el medio de cada campo se instala una «fortaleza» (una colchoneta, cajón o mesa donde los jugadores puedan refugiarse). Dependiendo de las normas aplicadas al juego, y esencialmente si se está usando una colchoneta, esta se puede utilizar para desviar un impacto del equipo contrario.
Semejante al delegado tradicional, pero se juega con tres pelotas, que pueden ser diferentes o iguales, una más pesada o una más grande que las otra.