Campaña de Occidente

El Campaña de Occidente es un tema que ha capturado la atención de millones de personas en todo el mundo. Desde su surgimiento, ha despertado un gran interés y ha sido objeto de numerosos debates y discusiones. En este artículo, exploraremos a fondo los aspectos más relevantes relacionados con Campaña de Occidente, desde su origen hasta sus implicaciones en la actualidad. Analizaremos su impacto en la sociedad, su evolución a lo largo del tiempo y las posibles perspectivas de futuro. Además, examinaremos las diversas opiniones y puntos de vista de expertos en el tema, con el objetivo de proporcionar una visión integral y detallada que permita a nuestros lectores comprender plenamente la importancia y relevancia de Campaña de Occidente en la actualidad.

Campaña de Occidente
Parte de Guerra de Independencia de Venezuela

Mapa de la Gran Colombia, incluye los movimientos de tropas durante estas campañas.
Fecha 12 de diciembre de 1821-10 de noviembre de 1823
Lugar Actuales estados de Carabobo, Zulia y Falcón, Venezuela, y Costa caribeña de Colombia
Resultado Victoria patriota
Combatientes
Realistas:
Imperio español
Provincia de Coro
Provincia de Maracaibo
Samarios rebeldes
• Guerrilleros guajiros
Patriotas:
República de la Gran Colombia
Comandantes
Miguel de la Torre
Francisco Tomás Morales  Rendición
Ángel Laborde y Navarro
Sebastián de La Calzada  Rendición
Manuel Carrera y Colina  Rendición
José Antonio Páez
Carlos Soublette
José Prudencio Padilla
Mariano Montilla
Manuel Manrique
Fuerzas en combate
1110 guerrilleros en Coro​ y 2550 soldados en Puerto Cabello a fines de 1821
~2000 corianos y 1500 expedicionarios y llaneros en la provincia de Coro a inicios de 1822
900 tropas en Puerto Cabello​ y 3100 en Maracaibo a fines de 1823
12 000 tropas republicanas en toda Venezuela

La Campaña de Occidente es la denominación de las operaciones militares libradas entre 1821 y 1823, marcando el final de la guerra de independencia de Venezuela y estando relacionada con la independencia de Colombia. Se trató del último intento del capitán general canario Francisco Tomás Morales​ de reconquistar el territorio venezolano utilizando un ejército reclutado entre los sobrevivientes de Carabobo y guerrillas realistas.

Los combates se libraron en la actual región Centro Occidental de Venezuela y la costa caribeña de Colombia, en los que no participó directamente Simón Bolívar, por entonces presidente de la República de la Gran Colombia, pues estaba ocupado con la Campaña del Sur. En cambio, las operaciones estuvieron dirigidas por sus lugartenientes, en especial José Antonio Páez, Carlos Soublette, Mariano Montilla y José Prudencio Padilla.

Antecedentes

Territorio

La Coro tenía un clima seco y caluroso, un terreno arenoso y sufría una permanente escasez de agua.​ Posiblemente era la zona más árida, despoblada y pobre de Venezuela, siempre expuesta a incursiones de los guajiros.​ Su puerto, La Vela de Coro, estaba a dos leguas y no ofrecía seguridad alguna; la misma villa no podía fortificarse y era difícil de defender, pues estaba abierta y no poseía cerros ni alturas,​ simplemente estaba en una llanura.​ Había un bajo número de esclavos y un alto porcentaje de indígenas.

Población de la provincia de Coro
Año Población Fuente
1800 32 000 Alexander von Humboldt
1810 30 000 Alexander von Humboldt
1819 53 284 Rafael Lasso de la Vega, obispo de Maracaibo
1825 23 509 Censo oficial de la Gran Colombia
1829 29 271 Sociedad Económica Amigos del País
1839 40 476 Agustín Codazzi

En el mercado de Tucacas se vendían la mayoría de los alimentos, que tenían que traerse de Puerto Cabello y las haciendas de Yaracuy.​ La falta de riego en su llanura sólo permitía el crecimiento de cactus y nopales en los alrededores,​ nada de pasto para cualquier ganado bovino, equino o caprino, lo que llevó a la población, especialmente los esclavos, a dedicarse a la minería como base de su economía.​ En los calurosos cerros de la región pastaban algunas manadas de cabras y unas pocas cabezas de ganado mayor.​ En la costa había muchas aldeas de caquetíos que se dedicaban principalmente a la caza y la pesca.​ En muchas haciendas de la comarca se producía cacao, tanto que se podía exportar.

Causas del fidelismo

El apoyo popular, la decisión y capacidades de sus dirigentes sumados a una difícil geografía permitieron a estos pueblos lograr ofrecer una prolongada y firme resistencia a los republicanos aunque a un grave coste económico y demográfico.​ El rechazo a las revoluciones liberales que vivió el oeste venezolano es comparable al de Pasto en Nueva Granada o a «la lucha obstinada de los realistas franceses en la Vendée» durante la Revolución francesa. Desde la resistencia al marqués del Toro en 1810, a las guerrillas del cura Andrés Torrellas y el indio Juan de los Reyes Vargas hasta después de Carabobo, los corianos y marabeños defendieron la causa realista al grito de «¡Vivan Dios y el Rey!». Efectivamente, sin ese apoyo Morales jamás hubiera podido salir de Puerto Cabello y organizar las campañas de 1822-1823.

La República era un concepto abstracto, difícilmente comprensible para la mayoría de la población. En cambio, el Rey era un principio de la vida que no necesitaba ser probado, de allí la enorme dificultad de suplantar la conciencia monárquica por la conciencia republicana, porque era sustituir algo real, algo que todo el mundo asumía como real, por un concepto abstracto cuya realización nadie había visto.

Debe mencionarse que los historiadores posteriores, como el liberal colombiano José Manuel Restrepo, atribuían el rechazo de amplios sectores de la población a la «lucha justa contra España» a «el fanatismo religioso, el fanatismo por la monarquía y su funesta ignorancia llamándolos los hijos descarriados de Colombia».​ Efectivamente, hay casos como el sacerdote Torrellas que «Semejante a aquellos sacerdotes vendeanos, decía misa antes de combatir, arengaba desde el púlpito a sus soldados, los bendecía y luego al grito de ¡Vivan Dios y el Rey! los lanzaba a una guerra sin cuartel».​ Sin embargo, debe mencionarse Restrepo demuestra un claro «sesgo ideológico», «desconfiaba de los movimientos populares» (como habían sido las partidas de Coro y Pasto) y busca causas morales más que sociales a «las perturbaciones políticas» porque él estaba «interesado en la construcción de un estado fuerte».​ Había asumido la «leyenda negra» de los realistas, especialmente los pastusos.​ Hubo otros factores, como el miedo de los terratenientes criollos por un nuevo levantamiento servil como el de José Leonardo Chirino en 1795,​ la rivalidad existente desde el siglo XVI entre Coro y Caracas porque la segunda le robo a la primera la sede de la capital política y religiosa del país,​ una menor rivalidad entre la élite coriana y los peninsulares por el acceso a cargos administrativos,​ o que las ciudades del oeste venezolano no dependían económicamente de Caracas por la poca conexión, sino del comercio naval con Cuba, Saint-Domingue, Curazao, Veracruz, Cartagena de Indias y Aruba (lo que las hizo bastante ricas).

Maracaibo se había mantenido al margen del conflicto hasta las campañas,​ no sufriendo ataques patriotas a diferencia de otros bastiones realistas como Coro y Angostura, pudiendo aportar recursos tributarios al esfuerzo bélico realista.​ Pero la ciudad sí fue afectada indirectamente al no poder exportar su cacao y café a España y el resto de América.​ Estratégicamente era importante, a inicios de 1821, gracias al pronunciamiento de unos patriotas locales, la ciudad pasó a la República y se pudo aislar por vía terrestre a los bastiones monárquicos de Riohacha y Santa Marta del bastión de Coro para conquistarlos uno por uno.

Periodización

Retrato del general Rafael Urdaneta, por Martín Tovar y Tovar, 1874.

El historiador historiador Miguel Ángel Mudarra estableció tres etapas diferentes para la Guerra de Independencia de Venezuela: la primera, 1810/1811-1816, donde derrotas y victorias patriotas se fueron alternando; la segunda, 1817-1821, desde la conquista de Guayana, que sirvió de base de operaciones hasta llegar a Carabobo; y una tercera, posterior a la gran victoria.​ Mudarra también propone clasificaciones más detallistas y basadas en etapas constitucionales hablan de: «Etapa de las Acciones Precursoras» como la rebelión de Chirino (1795) y la expedición de Francisco de Miranda (1806); «Lapso de las Conspiraciones propiciadas por los Criollos o Mantuanos» (1808-1810); «Período Cívico-constitucional», cuando empieza el proceso emancipador propiamente dicho, como la Primera República (1810-1812); «Segunda República» que marca el comienzo de la «Dictadura de Simón Bolívar» (1813-1814/1815); «Tercera República», igual de breve que las anteriores, dura hasta la unión con Nueva Granada (1816-1819); «Período de la Gran Colombia» (1819-1830).​ La historiadora América G. Cordero Velásquez hace algo similar, dividiendo el conflicto en fases: 1810-1812, 1812-1814 y 1814-1823.

Los realistas corianos vivieron la guerra en tres momentos, según la historiadora Elina Lovera Reyes: 1810-1812, 1813-1821 y 1821-1823.​ El primero fue una lucha entre ciudades en que los corianos resistieron los intentos de la Junta Suprema de Caracas y sus milicias de imponer el nuevo orden.​ Los corianos rechazaron al invasor dirigidos por su aristocracia organizada en su cabildo.​ Finalizó con la llegada de los refuerzos traídos por el capitán de fragata Domingo de Monteverde y su expedición.​ En el segundo período la guerra estuvo lejos de su territorio, hubo un repunte económico y Coro fue premiada con el título de «Muy Noble y Leal», un escudo de armas, la «distinción con el mote de confianza de Coro», comercio libre en su puerto, una franquicia fiscal y la creación de una provincia propia.​ Todo eso cuando tenía una importancia estratégica relativamente menor.​ Obtuvo estos premios por tener una relativamente grande población española e importancia comercial, y estar estrechamente vinculada al boom azucarero de Cuba.

La última fase la élite local empieza a desquebrajarse entre quienes desean seguir resistiendo y los que prefieren la sumisión a la nueva república (muchos de los primeros acaban por huir a Cuba, Puerto Rico y España).​ Después de Carabobo, esta aceptó la derrota y la resistencia quedó encabezada por el populacho.​ A pesar de que la Corona española podía ayudar cada vez menos, los corianos formaron guerrillas al mando del teniente coronel Manuel Carrera y Colina, la guerra se centra en el territorio de la provincia y sus ciudades cambian constantemente de manos.​ A diferencia de otras regiones donde los realistas organizaron una resistencia irregular, aquí hubo poco apoyo indígena porque sus comunidades (fielmente monárquicas) habían sido devastadas en los años anteriores.

Urdaneta en Coro

Retrato del general Mariano Montilla, por Martín Tovar y Tovar, 1874.

El 28 de enero de 1821 estalló una revuelta que puso al puerto de Coro en manos de los patriotas,​ permitiendo que el general de división Rafael Urdaneta le ocupara sin resistencia al día siguiente.​ El 1 de mayo, Urdaneta cruza por Los Puertos de Altagracia el lago de Maracaibo y entra en la provincia con su división​ de 2000 soldados.​ Esto fue aprovechado por Josefa Camejo para impulsar la Revolución de Paraguaná dos días después.​ El 10 de mayo Urdaneta entraba en Coro de forma pacífica.​ El 27 de mayo, las autoridades y el pueblo de la ciudad juraban lealtad a la República, y Urdaneta partió hacia San Carlos con el grueso de sus hombres.

El gobernador realista de Coro, teniente coronel Pedro Luis Inchauspe, se sometió inicialmente a Urdaneta,​ pero a finales de junio se rebeló en el Pedregal.​ Pronto se hizo con la sierra de San Luis, negando sus vitales recursos a Coro. El gobernador republicano, coronel Juan Escalona,​ se retiró al puerto de Cumarebo.​ El 29 de julio, desembarcó en La Vela el coronel Juan Tello con refuerzos para los monárquicos.​ Deseaba quedarse en el puerto para reorganizar su columna y desembarcar su bagaje, pero Inchauspe le advirtió que desde Carora venían 4000 republicanos, desde Maracaibo se aproximaban otros 800 por mar y que en Cumarebo había una guarnición de 1000 enemigos.​ El 8 de agosto, hubo un gran ataque contra Cumarebo, pero los patriotas se defendieron exitosamente.​ Inchauspe huyó a Pedregal, pero terminó por pasarse al bando republicano, alcanzando el grado de coronel de caballería.​ Tello se retiró con sus expedicionarios, mientras que Escalona fue reemplazado por el coronel Justo Briceño.

A la larga, Carrera lideraría la resistencia realista en la provincia entre 1821 y 1823.​ Logró reunir 1000 infantes y 110 jinetes, más de la mitad sin armas y organizados en los batallones Leales de Coro, Leales de Pedregal y Paraguaná.​ A finales de año controlaba casi toda la provincia, excepto la península de Paraguaná,​ Cumarebo y La Vela.

Ejército realista

Defensores de Puerto Cabello

Durante los meses posteriores a Carabobo, La Torre reunió a todos los soldados realistas sobrevivientes. Estos llegaron a ser 4000 hombres según los historiadores Jesús María Henao, José Gil Fortoul, Bartolomé Mitre y Salvador de Madariaga.​ El historiador realista Mariano Torrente habla de 4000 a 5000 efectivos.Álvaro Valencia Tovar rebaja la cifra a 3000.Ciro Bayo creía que nunca pasaron de 2000 los combatientes realistas en las campañas.​ Bolívar a sólo 2000,​ aunque temía que si sus enemigos reunían más de 3000 soldados en ese puerto la guerra podría reiniciarse.​ Finalmente, La Torre afirmaba contar con 2550 soldados, «entre hábiles, inútiles y enfermos», para defender Puerto Cabello.​ Además, tenían la guarnición de Cumaná y algunas guerrillas en Coro y los montes alrededor de Caracas.​ Después de dos años de sufrir bajas en la guerra y enviar expediciones a otras regiones, la guarnición se había reducido a unos 900 soldados.

Respecto del poder naval, a finales de 1821, en la ciudad había 2 corbetas, 4 bergantines y 5 goletas, a los que se sumaron 3 buques al mando del capitán de fragata Francisco de Paula Topete, pero uno de ellos, la corbeta Bailén, necesitada de importantes reparaciones, quedó varada en Puerto Cabello y fue finalmente desmantelada y sus restos vendidos.

Tropas en campaña

A finales de 1821, aprovechando la existencia de guerrillas realistas en la provincia de Coro, La Torre marchó en una expedición a reconquistarla, obteniendo la mano de obra para formar nuevas unidades. En un parte de guerra sin remitente conocido de inicios de 1822,​ La Torre afirma sobre Coro: «ha proporcionado un entusiasmo extraordinario y la provincia ofrece 2.500 hombres valientes (...) la fuerza armada de Coro alcanza a 2.800 hombres».​ En su oficio, Diego Alegría, intendente interino y jefe superior político en Puerto Cabello,​ dice que con la captura de Coro y La Vela el ejército aumentó a «tres mil hombres entusiasmados, y que se prometen la reconquista de estas vastas provincias».​ En una carta del Archivo Páez, escrita por un patriota afincado en Curazao en marzo, se dice que Morales tenía en la provincia de Coro 4300 hombres, aunque sólo 3200 disponibles porque muchos estaban enfermos y otros dispersos por el extenso territorio.​ En tanto, Simón Bolívar da un número mucho menor en agosto de ese año, creyendo que Morales no tenía más de 2200 soldados.​ A continuación, se presenta una tabla con dos estimaciones sobre las fuentes realistas en Coro cuando llegó Morales, en febrero de 1822. La primera proviene de un oficio del mariscal La Torre, escrita precisamente en febrero de 1822,​ y la segunda del capitán de fragata y veterano de la guerra, Ángel Laborde y Navarro, escrita en 1828.

Fuerzas realistas en la provincia de Coro
Situación después de la llegada de Morales a la provincia, a inicios de 1822.
Unidad Comandante Lugar La Torre Laborde
Batallón Leales Corianos Cnel. Juan Tello Coro 700 600
Compañía del batallón Barinas Ibid. Coro 200 200
Batallón Cazadores de Casicure Tcnl. José Torres Casicure s/i 500
Escuadrón Dragones de Coro Ibid. Casicure s/i 200
Batallón Cazadores del General Tcnl. Lorenzo Morillo Siquisique s/i 400
Algunas unidades de caballería Ibid. Siquisique s/i 150
Batallones Barinas y Hostalrich Cnel. Manuel Lorenzo Tocuyo de la Costa 700 750
Guerrillas Desconocidos Puntos fronterizos de la provincia s/i 500-600
Total Gral. Francisco Tomás Morales Provincia de Coro Desconocidas 3300-3400

Poco después, cuando inició su primera ofensiva hacia Maracaibo, el brigadier se llevó 2000​ a 3000 combatientes.​ A finales de 1822, Urdaneta se baso en testimonios de marabeños​ para estimar que en la ciudad los monárquicos tenían a los batallones Valencey (500 plazas), Burgos y Navarra reunidos (400), Barinas (750) y Cazadores del General (700), más 50 jinetes y «un depósito de inútiles de gente del país». Fuera de la villa, tenía 200 hombres en el Castillo, 50 en Zulia y 50 en Gibraltar, además de 60 oficiales que llegaron el 29 de noviembre desde Puerto Cabello y otros 300 que llegaron algunos días antes. El propio Urdaneta afirma que, aún si fueran exagerados los reportes, «debemos creer que Morales tiene más de dos mil hombres».

Acorde a Pedro Fermín Cevallos, Morales tenía en las numerosas fortalezas a su mando unos 5500 hombres a inicios de 1823.​ Meses más tarde, Santander​ dice que «Morales no tendrá ya dos mil hombres pues se le batió en Coro una columna, y le ha quedado cortada otra que envió de refuerzo antes de la ocupación de la laguna».​ Al momento de producirse la capitulación en Maracaibo, a mediados de 1823, informes británicos indicaban que Morales tenía 2000 veteranos bien armados y vestidos para guarnecer los fuertes de Maracaibo, 1000 reclutas sin armas y un escuadrón de caballería desmontado en instrucción.​ En cambio, Pérez Tenreiro los estima en «tres mil infantes y ciento y pico de caballos» y sin contar las partidas guerrilleras de Carora, Bailadores, Cúcuta, Valledupar, Ocaña y la provincia de Santa Marta, la guarnición de Puerto Cabello y la tripulación de su flotilla en el Lago de Maracaibo.

Levas en Coro

Retrato del capitán general Francisco Tomás Morales, basado en un cuadro de Vicente Escobar, hecho en La Habana, 1824.

La mayor parte de las tropas eran milicianos locales y no soldados regulares.​ Indios, negros y mulatos apoyaron la causa monárquica, en parte por su resentimiento hacia los criollos y mestizos, nutriendo masivamente las guerrillas realistas.

Según el historiador militar venezolano, coronel Tomás Pérez Tenreiro, y su colega español Francisco Morales Padrón, el coronel Carrera: «El año de veinte у dos creó y organizó los batallones ligeros Cazadores del General, Leales Corianos y Cazadores de Casicure, y aumentó el de Barinas que estaba en cuadro,​ todos cuatro con las fuerzas de novecientos a mil hombres cada uno».​ Documentos de la época indican que en enero de 1822, con aprobación de La Torre, se organizaron en La Vela los batallones Leales Corianos, con Carrera como comandante,​ y Cazadores de Casicure.​ La primera unidad fue una refundación del Cazadores de Coro y las compañías de flanqueadores, evento que Carrera aprovechó para ascender a los oficiales por sus acciones de guerra o necesidades organizativas del nuevo batallón.​ En cambio, el Cazadores del General se formó en Puerto Cabello;​ tampoco sería una unidad nueva, pues había llegado con Morillo en 1815.​ Restrepo dice que, después de reconquistar La Vela, La Torre reclutó a los prisioneros republicanos y junto al Leales Corianos formó una división de 1500 soldados que puso al mando del coronel Tello, enviándolos con los batallones Barinas y Hostalrich a Tocuyo mientras el volvía a Puerto Cabello con algunos corianos.​ Otro autor afirma que reclutó un millar de guerrilleros.​ Cevallos menciona que en 1823 Morales reclutó 500 corianos que se integraron al batallón Valencey.

El historiador francés Clément Thibaud señala que los nombres de las unidades, especialmente los batallones, no eran al azar. Tendían a ser epónimos en honor a las ciudades o regiones donde la tropa se había reclutado y cuyo honor defiende, pues para la gente de la época su identidad personal estaba más vinculada a la comarca o etnia en que nacieron, no a la nacionalidad que proclamaban los revolucionarios.​ Hay dos unidades de infantería con nombres de la provincia: la primera es el batallón Leales Corianos, que La Torre estimaba en 700 plazas.​ Años antes, a inicios de 1819, ese batallón tenía el mismo número de plazas según informes realistas.​ En cambio, en sus Recuerdos La Torre estimaba varias partidas del batallón podían sumar 300 plazas aunque da a entender si era la unidad completa.​ Por su parte, Laborde lo reduce ligeramente a 600.​ Respecto de la otra unidad, el Casicure, La Torre dice en sus Memorias que junto al escuadrón Dragones de Coro sumaban 500​ mientras que Laborde le da a ese batallón 500, pero sin contar al escuadrón. Si a esto se agregan los Dragones de Coro y las guerrillas dispersas, sumando 200 y 500 a 600 respectivamente, alrededor de 2000 hombres estaban agrupados en unidades propiamente corianas.​ Este número coincide con las levas que esperaba realizar el teniente general Pablo Morillo entre refugiados y jóvenes de las provincias de Coro y Maracaibo en 1818.

Durante las décadas siguientes, la provincia siguió sacrificando de forma continua grandes contingentes de hombres para los ejércitos de los numerosos caudillos que lucharon en las guerras civiles venezolanas, como los liberales Antonio Valero de Bernabé,Carlo Castelli,Ezequiel Zamora,León Colina​ y Cipriano Castro.

Campaña

Primeras expediciones

Retrato del general José Antonio Páez, por un artista anónimo, 1864.

Al saber de los éxitos de Carrera, el brigadier y capitán general Miguel de la Torre​ zarpó de Puerto Cabello el 12 de diciembre​ con 1200 hombres.​ Desembarcó en la noche del 14 a 15 en Los Taques​ y se apoderó de la península de Paraguaná​ para el 17 de diciembre.​ Dos días después, La Torre entró en Coro y de inmediato puso bajo asedio al puerto de La Vela de Coro,​ donde se atrincheró el coronel Juan Gómez, mientras enviaba soldados a Cumarebo.​ El 9 de enero de 1822, la guarnición del puerto se rindió​ y en el acuerdo también lo hizo la tropa republicana en Cumarebo.​ La Torre envió al teniente coronel Lorenzo Morillo a Baragua, donde vence a Reyes Vargas el 16 de enero, mientras él regresaba a Puerto Cabello. El coronel Judas Tadeo Piñango fue enviado con un batallón a Barquisimeto para cortar todo avance realista a San Felipe.

En febrero, La Torre volvió a Puerto Cabello y le ordenó a Morales marchar a Coro. La salida de la expedición permitió aligerar el hacinamiento de las tropas en la plaza, pudo mejorarse la atención sanitaria y obligó a los sitiadores a retirar parte de sus tropas.​ El brigadier Morales siempre contó con el apoyo del pueblo coriano:​ «la mayor parte de sus habitantes eran realistas decididos, y hubo otros jefes que los capitanearon para hacer una cruda guerra á la República».​ El plan era utilizar la provincia, fielmente monárquica, como base de operaciones, utilizando la ventaja que proporcionaba poder transportar tropas por mar a lo largo de la costa.

El coronel patriota José Rafael de Las Heras salió de Maracaibo con 1200 infantes, 100 jinetes y 2 cañones a recuperar Coro.​ El 5 y 6 de marzo desembarca en Casigua.​ De inmediato, el 20 de marzo,​ Morales salió con rumbo a Maracaibo, deseoso de ocupar la ciudad​ con sus 2100 infantes, 300 jinetes, 50 artilleros​ y 2 cañones.​ Las Heras decide retirarse a Maracaibo,​ donde el gobernador republicano, contraalmirante Lino de Clemente, organizó preparativos para su defensa,​ pero el 1 de abril, Piñango salió de Barquisimeto con 2000 infantes y 200 jinetes y ocupaba Cumarebo el día 11,​ actuando como vanguardia del general de división Carlos Soublette.​ Ante la amenaza de quedar atrapado entre las fuerzas enemigas y ser aislado de Puerto Cabello, Morales decide volver con la mayoría de sus hombres a Coro.​ De todas formas, envía dos columnas al mando del capitán Juan Ballesteros y el teniente coronel Lorenzo Morillo a atacar Maracaibo.​ Ballesteros murió y su tropa fue aniquilada en Juana de Ávila el 24 de abril, mientras que Morillo y sus hombres tuvieron que rendirse en Perijá el 4 de mayo.​ Laborde acusa que Morales estaba obsesionado con tomar Maracaibo, habiendo perdido 800 soldados en una maniobra cuyo único propósito era distraer a De Clemente.

Campaña a Valencia

El 17 de abril, Piñango vence al coronel Juan Tello en Chipare y entra en Coro, pero al enterarse de la proximidad de Morales, decide retirarse a Carora, donde se reúne con Soublette el 9 de mayo;​ la brigada de Piñango había sufrido muchas bajas por una peste y no estaba en condiciones de luchar.​ Salen de la villa el 18 de mayo, tomando rumbo a Dabajuro. En respuesta, Morales sale de Los Puertos con rumbo a la misma ciudad el 3 de junio, dándose una gran batalla cuatro días más tarde, siendo vencido Soublette.​ El 23 de junio,​ un ejército de 1500​ a 2000 realistas entraba en Coro,​ mientras que el brigadier Morales había partido la jornada anterior desde La Vela a Puerto Cabello para suceder a La Torre como capitán general.​ La Torre le había enviado una carta avisándole de su nombramiento y pidiéndole el nombre de quién debía encargarse de Puerto Cabello, pues él tenía órdenes de partir a Puerto Rico, pero Morales le exigió quedarse para entregarle el mando personalmente, lo que ofendió a La Torre, pues jamás había pensado en irse antes.​ Entendiendo que no podría defender a la ciudad de una previsible nueva ofensiva, había ordenado a la mayoría de sus unidades retirarse a Puerto Cabello por tierra, dejando en la provincia sólo a las guerrillas de Carrera.​ El 4 de agosto, Morales asumía el mando.

Mientras todo esto sucedía, el general de divisiónJosé Antonio Páez abandonaba el asedio de Puerto Cabello, le quedaban poco más de 1000 de los 3279 hombres con los que había iniciado el sitio, la mayoría había muerto por las pestes. Decide retirarse a Valencia.​ Aprovechando que la mayoría de los ejércitos republicanos estaban en la provincia de Coro, el nuevo capitán general decidió atacar Valencia.​ Ante su avance, Soublette se retiró a esa ciudad para ponerse bajo el mando de Páez.​ El 11 de agosto, cerca de Naguanagua, se dio una gran batalla en que se detuvo la ofensiva monárquica.​ El 14 de agosto, llegó Soublette con su división y Morales, comprendiendo su inferioridad numérica, ordenó retirarse a Puerto Cabello, donde llegó cuatro días más tarde, después de abandonar a muertos y heridos en el camino.

Reconquista de Maracaibo

Retrato del general Carlos Soublette, por Martín Tovar y Tovar, 1874.

Morales se no dio por vencido y el 24 de agosto se embarcaba con 1200 soldados con rumbo a Maracaibo.​ Siete días después​ desembarcó en Cojoro y el 7 de septiembre venció a De Clemente en Salina Rica, después de lo cual entró en Maracaibo.​ Según un autor, su tropa incluía parte de la guarnición de Puerto Cabello y guajiros: «formó su ejército no sólo con mil hombres de tropa que sacó de Puerto Cabello, sino también una porción de indios guajiros de fusil, que logró incorporar por medio de pago de ropa y otros efectos».​ En octubre llegó a Riohacha el general de brigada Mariano Montilla, quien envió tropas contra Morales.​ El 21 de octubre, el teniente coronel José Sardá salía de la ciudad con una columna​ y el 13 de noviembre era vencido en Garabulla.

El teniente coronel patriota Juan de los Reyes González aprovechó para ocupar Coro el 1 de mayo, marcando la toma definitiva de la ciudad por los independentistas.​ Semanas más tarde, Reyes González siguió su avance hacia Cumarebo y venció al coronel Manuel Lorenzo el 6 de junio. Tres días más tarde, Reyes González también derrotaba al coronel Juan Tello y se hace con el puerto de esa ciudad. El 16 de junio, el comandante patriota Miguel Crespo tomaba la población de Punta de Palmas, en la costa oriental del Lago de Maracaibo.

Estas acciones animaron una rebelión en Santa Marta el 31 de diciembre,​ sin embargo, para el 22 de enero de 1823, la situación volvía a la calma.

Rendición final

Desde Maracaibo, Morales atacó Trujillo y Mérida, pero sufrió un nuevo revés, volviendo menos de la mitad de los expedicionarios enviados.​ Además, Maracaibo estaba pasando escasez de víveres al quedar aislada por tierra.​ Montilla decidió lanzar una ofensiva coordinada contra la ciudad, mientras él avanzaría desde el este con 2500 soldados, lo mismo haría el general de brigadaManuel Manrique con otros 1200 desde el oeste, esperando reclutar tropas en el camino.

Aprovechando una ofensiva de Morales en la provincia de Coro, Montilla salió de Riohacha a fines de mayo,​ tratando de marchar por tierra a Maracaibo bajo el constante acoso de los guerrilleros guajiros.​ Se suponía que debía contar con 4000 infantes y 300 jinetes, pero las deserciones, enfermedades y guerrillas le dejaban apenas 3000, la mitad reclutas inexpertos,​ y eso a pesar de recibir por mar 709 refuerzos del batallón Carabobo y el escuadrón Dragones de Venezuela.​ El 15 de junio, el llegar a la estancia Cojoro ordenó regresar a Riohacha.​ Se había enterado de que su rival estaba a un día de camino con 3000 veteranos,​ aunque en realidad sólo serían unos 2000.​ En tanto, Morales volvió a Maracaibo y se dedicó a esperar la ayuda de Laborde y su escuadra.​ Para acabar con su inmovilidad, «propuso evacuar a los 1.800 ó 2.000 hombres que podía tener, transportándolos en tres goletas mercantes, dos flecheras armadas y otras embarcaciones menores rumbo a Coro para, después, pasar a la costa de Caracas».​ Sin embargo, todos sus planes se cancelaron el 24 de julio, cuando la escuadra de Laborde fue derrotada por el contralmiranteJosé Prudencio Padilla.​ El 3 de agosto, después de muchas negociaciones, Morales capituló y doce días después se embarcó para Cuba con muchos oficiales y soldados.​ Hubo desacuerdos entre Padilla y Manrique, pues aunque ambos firmaron el acta de capitulación de Morales, no estaban de acuerdo en cómo tratar a los vencidos y los dos deseaban la gloria de la victoria. Finalmente, Manrique se ganó el respeto de su rival, quien decidió partir tranquilamente a Cartagena y dejarlo a cargo de organizar el gobierno de la región. En el bando de los vencidos también hubo disputas, pues Morales y Laborde se culpaban mutuamente de la derrota.

Por último, el 7 de noviembre, Páez tomó por asalto la ciudad de Puerto Cabello, forzando al jefe de la guarnición, el brigadier Sebastián de La Calzada a rendirse. Sin embargo, el ya coronel Carrera logró resistir en el castillo San Felipe por otros tres días, hasta que capituló, marcando el final definitivo de la guerra.

Consecuencias

El intento de reconquista de Venezuela había fracasado en contraste una década atrás. Las diferencias principales fueron que los realistas ya no contaban con los inagotables recursos de hombres y caballos de los Llanos del Orinoco y la metrópolis no podía enviar ayuda militar, ocupada en las divisiones políticas entre liberales y absolutistas.

El territorio costero era fácil de penetrar y dominar,​ por ello fueron completamente saqueadas las villas de esa zona, quedando sin ganado de ningún tipo por la hambruna que mató a muchos (para empeorar la situación, a la guerra le siguió en Coro un período de sequías).​ La provincia de Coro perdió la mitad de su población entre 1819 y 1825 (como indica la siguiente tabla)​ producto de que la guerra se prolongó y centró en su territorio en 1821-1823.​ Parte de la población abandonó las villas y trató de refugiarse en las serranías de difícil acceso, que en siglos anteriores les dieron cobijo de ataques de piratas.

Población de las principales villas de Coro (1819-1825)
Villa Habitantes
1819
Habitantes
1825
Diferencia Villa Habitantes
1819
Habitantes
1825
Diferencia
Coro 7201 3471 -3730 La Vela de Coro 1801 891 -910
Cumarebo 4045 623 (pueblo)
546 (puerto)
-2866 Píritu 536 356 -179
Carorita 748 279 -469 Jacura 1376 740 -636
Capadare 1897 1848 -49 Tocuyito
San Miguel
845 674 -171
Guaybacoa 593 116 -477 Acurigua
Macoruca
933 164 -735
Cabure 1346 1981 635 San Luis 2789 1920 -869
Agua Larga 1016 633 -383 Pecaya 1819 953 -866
Pedregal 1917 608 -1309 Santa Ana 3500 343 -3157
Moruy 1224 305 -919 Buenavista 1025 164 -861
Jadacaquiva 846 316 -530 Pueblo Nuevo
2454 387 -2067

Sin embargo, el grado de violencia vivida fue menor en comparación a lo sucedido en Pasto y rápidamente después de la guerra se apartaron de la memoria colectiva a los dirigentes monárquicos y enzarzaron a los dirigentes republicanos.​ Sin embargo, el fidelismo monárquico siguió siendo fuerte en la zona por varios años. En 1826 Bolívar temía: «Ni aun a mi llegada se acercan a verme como que sus pastores son jefes españoles. Yo creo que si los españoles se acercan a estas costas, levantarán 4 ó 5000 indios en esta sola provincia. La nobleza de este país permanece renuente y abstraída de todo; pero cobrando millones y Coro no ha valido jamás un millón».

Además, siguieron existiendo guerrillas monárquicas en los valles del Tuy y de Aragua, al mando de José Dionisio Cisneros, Juan Celestino Centeno y Doroteo Herrera,​ quienes resistieron por una década.​ Esto no disuadió a Bolívar de planear una invasión a Cuba y Puerto Rico, los últimos reductos españoles en el continente, esperando reunir cinco a seis mil hombres en una expedición mandada por Sucre, Páez y Padilla.

Véase también

Notas

  1. En 1816, el entonces coronel Morales recibió el ascenso a brigadier o general de brigada.​ En 1822 fue nombrado mariscal de campo, Capitán General de Venezuela y General en Jefe de Costa Firme.
  2. Carta del brigadier Miguel de la Torre al Secretario de Estado y del Despacho Universal de Guerra, 5 de noviembre de 1821, Puerto Cabello.
  3. Parte de guerra de Miguel de La Torre, La Vela de Coro, 11 de enero de 1822.
  4. Oficio de Diego Alegría a Ultramar, Puerto Cabello, 16 de enero de 1822.
  5. Carta del patriota José R. de Martín al gobernador de La Guaira, coronel Francisco de Paula Avendaño y López de Brito (1792-1870), Curazao, 21 de marzo de 1822.​ Citada por González,​ pero por error se habla de «200» en lugar de «2.000», lo que lleva a mal cálculo, pues se calcula en 4300 el total de combatientes, de los que 3200 estaban disponibles, cifra que sólo es posible si hubiera 2000 hombres en Coro.
    200 hombres fuera de 600 enfermos, 600 en la Sierra al mando de Morillito, 800 en Cacicure y Casigua y 300 en Paraguaná, que son por todos 4300 hombres; de esto puede haber alguna exageración pero no le faltas 3200 hombres según cálculos de muchos buenos corianos que hay aquí y tienen conocimiento de aquel país y los conocen mucho.
  6. Carta de Simón Bolívar a Francisco de Paula Santander, Guayaquil, 29 de agosto de 1822.
    Dice usted que de Venezuela no hay sino clamores por tropas y dinero. Si quiere los tres batallones que tengo aquí puede disponer de ellos, pero se pierde el sur, y si se quiere dos o tres mil hombres de reclutas también se pueden mandar por el Istmo. Me parece excesiva la fuerza de tres mil quinientos hombres contra Coro, no teniendo Morales más que dos mil doscientos. No dudo que el agua y la falta de recursos son los mayores enemigos que por ahí tenemos.
  7. Oficio de Miguel de la Torre a Francisco Tomás Morales, Puerto Cabello, 19 de febrero de 1822.
    Los cuerpos que se hallan en la Provincia son los batallones de Hostalrich y Barinas que con las fuerzas de setencientos hombres poco más o menos ocupan el pueblo de San Miguel de Tocuyo; el de Leales Corianos con cerca de setecientas plazas, y más de doscientos de Barinas guarnecen la ciudad de Coro; el de Casicure y una compañía de Caballería del mismo nombre que forman la columna del mando del Teniente Coronel Don José Torres, situada en los límites del enunciado distrito que observa los movimientos que puedan hacer los enemigos establecidos en Maracaibo; y el de Cazadores del General con algunos caballos que es la columna que a las órdenes del Teniente Coronel Don Lorenzo Morillo se halla sobre Siquisiqui cuyas fuerzas puede VS. ir a aumentando a proporción del terreno que adquiera y recursos que encuentre .
  8. La fuente original es el Opúsculo histórico acerca de los principales sucesos de la reciente guerra hecha en las Provincias de Venezuela. Los datos provienen de la edición de 1974.​ El historiador y militar venezolano Antonio Ramón Eljuri-Yúnez Suárez se limita a reproducir los datos de la edición de 1974, aunque no comete el error de mencionar el término Capadare y agrega «En total, Morales disponía de 3.400 hombres aguerridos, valientes y fogueados, gran parte de ellos veteranos».
    ...el Coronel Tello en la capital y con el mando general, teniendo a sus órdenes el batallón de Leales Corianos compuesto de 600 plazas, y una compañía de Barinas con 200. En Capadare el Comandante Torres con el batallón de aquel nombre, de 500 plazas y 200 de caballería. En la Sierra el Teniente Coronel Morillo, con 400 de infantería y 150 de caballería, y en Costa arriba y Tocuyo, el Coronel con Barinas y Hostalrrich , componiendo una fuerza de 750 hombres. En diversos puntos de la Provincia, como de 500 a 600 hombres partidarios o guerrillas, guardando las fronteras.
  9. Específicamente la compañía Casicure​ del escuadrón Dragones de Coro.
  10. Carta del general de división Rafael Urdaneta al general de brigada Mariano Montilla, 23 de diciembre de 1822, cuartel general de San José de Cúcuta. Datos basados en la declaración del ciudadano grancolombiano Gabriel Ramírez respecto de las fuerzas realistas el 3 de diciembre.
  11. Carta de Francisco de Paula Santander a Simón Bolívar, 21 de junio de 1823 Bogotá.
  12. Básicamente, cada unidad cuenta con un núcleo de oficiales, jefes y soldados al que se agregan los reclutas.
  13. Documento 1824: Propuesta de empleos vacantes para el batallón efectuada por Carrera y aprobada por La Torre, Coro, 9 y 10 de enero de 1822.
  14. Documento 1741: Propuestas de Faustino Narganes para cubrir los cargos de oficiales del batallón, aprobada por La Torre, La Vela de Coro, 9 de enero de 1822, y Puerto Cabello, 1 de mayo.
  15. Documento 2100: Oficio de Juan Francisco Mendívil al general en jefe sobre la relación de empleos bacantes de oficiales en el batallón ligero Cazadores de Cachiri y remisión de la propuesta de jefes y oficiales del Cazadores del General, de nueva creación, Puerto Cabello, 3 y 9 de enero de 1822. Al formarse en Puerto Cabello en enero de 1822 contradice que lo formara Carrera en La Vela.
  16. A finales de 1818, Pablo Morillo publicó en Caracas y las Antillas un estado de fuerzas de los ejércitos realistas en Venezuela y Nueva Granada. A esto se une una revista que hizo Morillo al Ejército de Apure en San Fernando de Apure el 30 de enero de 1819.
  17. Junta de Guerra, La Victoria, 18 de enero de 1818. Convocada por Pablo Morillo para analizar problemas logísticos de la campaña.
    Se acordó: Que para el Exército, que necesitaba por el pronto dos mil hombres, se extraigan éstos de los refugiados en las plantaciones, y los que falten para aquel número se repartan entre los pueblos de la provincia, incluyendo en ellas las de Coro y Maracaybo, cuya exacción debe recaer sobre los jóvenes robustos y solteros .
  18. Durante la guerra civil venezolana de 1848-1849.
  19. Carta de Castelli a Falcón, Coro, 22 de octubre de 1855. Años antes de la Revolución de Marzo, Castelli prometía al general Juan Crisóstomo Falcón que «debe contar conmigo y con una División de dos o tres mil corianos».
  20. Véase la toma de Coro de 1859, al inicio de la Guerra Federal.
  21. Véase la batalla de Barquisimeto de 1874 durante la Revolución de Coro.
  22. Carta de José Manuel Hernández a Juan Vicente Gómez. San Juan de Puerto Rico, 28 de octubre de 1911.
    Defendiendo a Castro, 2.000 corianos sembraron sus huesos en tierras orientales. Su sucesor Gómez, en agradecimiento, cuando el pueblo coriano se moría literalmente de hambre durante la sequía de 1913, hasta puso tropiezos al socorro, que iba espontáneo de los otros estados.
  23. Ascendió en rangos militares de la siguiente manera: guardia de Corps el 28 de marzo de 1804, teniente de infantería el 2 de julio de 1808, capitán de infantería el 18 de septiembre de 1808, teniente coronel el 1 de febrero de 1811, coronel de infantería el 2 de septiembre de 1814, brigadier o general de brigada el 19 de abril de 1816, mariscal de campo el 9 de junio de 1818 y teniente general el 21 de septiembre de 1825.​ También fue Capitán General de Venezuela entre el 14 de diciembre de 1820 y el 3 de julio de 1822​ y Capitán General de Puerto Rico entre el 4 de agosto de 1822 y el 1 de junio de 1837.
  24. Fue ascendido a general de brigada y Jefe Supremo del Ejército el 16 de septiembre de 1816.​ Luego ascendió a general de división el 20 de enero de 1818.
  25. Fue parte del grupo de coroneles ascendidos a generales de brigada el 11 de abril de 1823, por solicitud de Santander al Consejo de Gobierno de la República, lo que fue aceptado. El grupo incluye a José Prudencio Padilla, José María Carreño, Pedro Fortoul y Pedro Briceño Méndez.​ Manrique había sido nombrado intendente y comandante general del departamento de Zulia.
  26. El 23 de abril de 1823 fue ascendido a contralmirante y Comandante de la Escuadra de Operaciones contra el Zulia.
  27. Carta de Simón Bolívar a Rafael Urdaneta, Coro, 24 de diciembre de 1826.

Referencias

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Estudios de la época

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