En el presente artículo, exploraremos el fascinante universo de Enío, un tema que ha capturado la atención y curiosidad de personas de todas las edades y procedencias. Desde su origen hasta su impacto en la sociedad actual, Enío ha sido objeto de numerosos debates y análisis que han contribuido a enriquecer nuestra comprensión sobre este asunto. A lo largo de la historia, Enío ha desempeñado un papel crucial en diversos ámbitos, desde la ciencia y la tecnología hasta el arte y la cultura popular. A través de este recorrido, nos adentraremos en los múltiples aspectos que hacen de Enío un tema de interés universal, abordando sus implicaciones, controversias y posibles desafíos futuros.
En la mitología griega, Enío o Enio (en griego antiguo Ένυώ Enyố, ‘horror’) era una oscura diosa de la guerra, conocida por el epíteto homérico de «destructora o saqueadora de ciudades», que acompañaba a Ares durante las campañas bélicas. Enío es la versión paralela y la contraparte de Atenea, mientras Atenea era la diosa de la guerra, era pacifista y llevaba sus acciones bélicas de manera defensiva y estratégica, con ciencias y sabiduría, con inteligencia e invención y manualidades en el arte de la guerra, mientras que Enío era todo lo contrario. Enío conduce con ella el tumulto de la guerra, se deleita con la violencia y a veces es descrita cubierta de la sangre de los caídos en la batalla, y llevando las armas de guerra; a ella le deleitan las espadas, túnicas de bronce, cascos y lanzas. Homero la describe durante la guerra de Troya pero los poetas latinos la hacen intervenir durante la batalla de los siete contra Tebas o la campaña de Dioniso contra los indios. Se dice que tanto Atenea como ella ejercen su soberanía en el combate. Durante la tifonomaquia Nike se alió con Zeus y Eris con Tifón, en tanto que Enío se repartía para equilibrar ambos bandos.
Como parte del séquito de Ares a Enío se le asocia con otros seres similares. Por ejemplo, en el escudo de Aquiles, es representada en compañía de Fobos, Deimos, Eris, las Keres, Tánato y las Hisminas. Los autores apenas la vinculan familiarmente. Los poetas tardíos dicen vagamente que es hermana de la Guerra, acaso reinventando la versión homérica que llama a Eris «hermana de Ares». A veces se identifica a Enío como la madre de Enialio. En los poemas homéricos Enialio es, sin embargo, un epíteto de Ares y no un dios independiente.
En Tebas y Orcómeno se celebraba un festival llamado Όμολώϊα (Homolóia) en honor de Zeus, Deméter, Atenea y Enío, y se decía que Zeus había recibido el epíteto de Homoleo (Homoloios) de Homoloide u Homolois, una sacerdotisa de Enío. Una estatua de Enío, hecha por los hijos de Praxíteles, se erigía en el templo de Ares de Atenas.
El equivalente de Enío en la mitología romana era Belona. También se dice que es equivalente a la diosa anatolia Ma.
En los textos hesiódicos Enío es, sin embargo, una de las dos Grayas.