Tu banner alternativo

Génesis

Hoy en día, Génesis sigue siendo un tema de gran relevancia e interés para un amplio espectro de la sociedad. Ya sea que se trate de Génesis en el ámbito personal, profesional, político o social, es innegable que su impacto se hace sentir en diferentes áreas de nuestras vidas. A lo largo de la historia, Génesis ha sido objeto de debates apasionados, investigaciones exhaustivas y reflexiones profundas. En este artículo, nos adentraremos en el mundo de Génesis para examinar sus múltiples facetas, retos y oportunidades. Desde sus orígenes hasta su estado actual, exploraremos cómo Génesis ha moldeado nuestra realidad y cómo continuará haciéndolo en el futuro.

Tu banner alternativo
Génesis
de Moises

Adán y Eva, de Lucas Cranach el Viejo.
Género Libro sagrado Ver y modificar los datos en Wikidata
Tema(s) Cosmogonía y Historia de los judíos Ver y modificar los datos en Wikidata
Idioma Hebreo bíblico Ver y modificar los datos en Wikidata
Título original Γένεσις (griego)
בְּרֵאשִׁית (hebreo).
Texto en español Génesis en Wikisource
Pentateuco
Génesis

El Génesis —nombre que procede del griego helenístico γένεσις(del griego Γένεσις; בְּרֵאשִׁית; Liber Génesis) y que puede ser traducido como «Origen», «Creación» o «Nacimiento»— es el primero de los libros del Tanaj judío y de la Biblia cristiana.​ El nombre en hebreo —más antiguo que el nombre griego— es Bereshit (בְּרֵאשִׁית), primera palabra del libro que significa «En el principio». Para los judíos es el primer libro de la Torá; para los cristianos, el primero del Antiguo Testamento. Es, por tanto, un texto sagrado para judíos y cristianos, así como para otros grupos y movimientos religiosos como los samaritanos o mormones.

El Génesis forma parte de la Torá o Pentateuco, los cinco primeros libros de la Biblia. La tradición atribuye a Moisés la autoría de la Torá. Sin embargo, existe consenso entre los estudiosos en que el Libro del Génesis se compuso varios siglos más tarde, después del cautiverio babilónico, posiblemente en el siglo V a. C.​ Basándose en la interpretación científica de las pruebas arqueológicas, genéticas y lingüísticas, los principales estudiosos de la Biblia consideran que el Génesis es principalmente mitológico y no histórico. Se divide en dos partes: la historia primigenia (capítulos 1-11) y la historia ancestral (capítulos 12-50).​ | La historia primitiva expone los conceptos del autor sobre la naturaleza de la deidad y la relación de la humanidad con su creador: Dios crea un mundo que es bueno y adecuado para los seres humanos, pero cuando el hombre lo corrompe con el pecado, Dios decide destruir su creación, salvando solo al justo Noé y a su familia para restablecer la relación entre el hombre y Dios.​ Los primeros once capítulos, denominados por los estudiosos la historia primitiva, relatan la creación del mundo y de los primeros seres humanos, la caída y la expulsión de Adán y Eva del Jardín del Edén, el asesinato de Abel por parte de su hermano Caín, el Arca de Noé y la Torre de Babel

La historia ancestral (capítulos 12-50) narra la prehistoria de Israel, el pueblo elegido de Dios.​ Por mandato de Dios, el descendiente de Noé, Abraham, viaja desde su lugar de nacimiento (descrito como Ur de los caldeos y cuya identificación con Ur sumeria es tentativa en la erudición moderna) a la tierra dada por Dios de Canaán, donde habita como extranjero, al igual que su hijo Isaac y su nieto Jacob. El nombre de Jacob se cambia por «Israel» y, por mediación de su hijo José, los hijos de Israel descienden a Egipto, 70 personas en total con sus familias, y Dios les promete un futuro de grandeza. El Génesis termina con Israel en Egipto, listo para la llegada de Moisés y el Éxodo (salida). La narración está salpicada de una serie de alianzas con Dios, cuyo alcance se va reduciendo sucesivamente desde toda la humanidad (la alianza con Noé) hasta una relación especial con un solo pueblo (Abraham y sus descendientes a través de Isaac y Jacob).

El libro ofrece un relato de la creación del mundo, de la historia temprana de la humanidad y de los antepasados del pueblo de Israel (Am Israel) y los orígenes del pueblo judío.


Los últimos 39 capítulos contienen las historias de los tres patriarcas: Abraham, Isaac y Jacob, lo que se denomina la historia ancestral.​ Relatan, entre otras cosas, la elección por parte de Dios de Abram, que pasó a llamarse Abraham, la destrucción de Sodoma y Gomorra, la disposición de Abraham a sacrificar a su propio hijo Isaac y la lucha de Jacob con el ángel. El libro termina con los descendientes de Jacob (también llamado Israel) asentados en Egipto, con una buena relación con el Faraón.

En el judaísmo, la importancia teológica del Génesis se centra en los pactos que vinculan a Dios con su pueblo elegido y al pueblo con la Tierra Prometida. Tanto en el judaísmo como en el cristianismo surgió un género literario dedicado a interpretar y comentar el relato de la creación del Génesis, conocido como Hexamerón.

La tradición antigua atribuía la autoría del texto del Génesis a Moisés pero el consenso actual es que fue compuesto mucho más tarde, quizás en el siglo quinto a. C., durante el exilio de Judá en Babilonia.​ Los manuscritos más antiguos del Génesis que se conservan son el Texto masorético, el Pentateuco samaritano (en escritura samaritana), la Septuaginta (una traducción al griego) y fragmentos encontrados en los Manuscritos del Mar Muerto. Los rollos del mar Muerto son los más antiguos, pero solo cubren una pequeña parte del libro.​ El texto varía de un manuscrito a otro.

Título

La Creación del hombre por Ephraim Moses Lilien, 1903.

El nombre Génesis procede de la Vulgata latina, a su vez tomada o transliterada del griego Γένεσις. El nombre griego aparece en la Versión de los Setenta o Septuaginta Griega y proviene del contenido del libro: el origen del mundo, el género humano y el pueblo judío, la genealogía de toda la humanidad desde el comienzo de los tiempos. Este título .

En hebreo, el nombre del libro es בְּרֵאשִׁית; Bərēʾšīṯ,, que significa "En el Principio" y proviene de la primera palabra de la frase de apertura.

Composición

El Libro del Génesis no menciona a ningún autor. Muchos estudios académicos están de acuerdo en que proviene de varias fuentes, redactadas por personas diversas, posiblemente en la época del cautiverio en Babilonia (hipótesis documentaria o hipótesis JEDSR). En el siglo XVII, Richard Simon propuso que el Pentateuco había sido escrito por varios autores a lo largo de un extenso período de tiempo.​ Las contradicciones internas del texto sugieren la participación de varios autores. Por ejemplo, el Génesis incluye dos narrativas de la creación.

Durante la mayor parte del siglo XX, los estudios académicos sobre los orígenes del Génesis estuvieron dominados por la hipótesis documentaria formulada por Julius Wellhausen a finales del siglo XIX.​ Esta hipótesis ve el Génesis como una compilación de fuentes inicialmente independientes: el texto J, llamado así por su uso del término YHWH (JHWH en alemán) como el nombre de Dios; el texto E, llamado así porque usa Elohim como el nombre de Dios; y el texto P, o fuente sacerdotal, debido a su preocupación por el sacerdocio de Aarón y los levitas. Estos textos fueron compuestos de manera independiente entre el 950 y el 500 a. C. y sufrieron numerosos procesos de redacción, culminando en su forma actual alrededor del 450 a. C. Se han identificado varias fuentes adicionales que no se pueden atribuir a ninguno de los tres documentos originales, especialmente Génesis 14​ (la batalla de Abraham y los «reyes de Oriente») y la «bendición de Jacob».

Según la hipótesis documentaria, J se estima que se escribió durante el siglo IX a. C. en el sur del Reino de Judá y se cree que es la fuente más antigua. E se escribió en el Reino del Norte de Israel durante el siglo VIII a. C. se escribió en Judá en el siglo VII a. C. y se asocia con las reformas religiosas del rey Josías c. 625 a. C.. La fuente más tardía fue P, que se escribió durante el siglo V en Babilonia. Según estas fechas, el Génesis y el resto del Pentateuco no alcanzaron su forma definitiva actual hasta después del exilio babilónico. Julius Wellhausen argumentó que el Pentateuco se completó en la época de Esdras. Esdras 7:14 registra que Esdras viajó de Babilonia a Jerusalén en el 458 a. C. con la ley de Dios en sus manos. Wellhausen argumentó que se trataba del Pentateuco recién compilado. Según Wellhausen, Nehemías 810 describe la publicación y la aceptación pública de este nuevo código legal c. 444 a. C..​ Ahora había una gran brecha entre las fuentes más antiguas del Pentateuco y el período que pretendían describir, que terminó c. 1200 a. C..

La tradición antigua sostenía que fue Moisés quien escribió el Pentateuco (los ‘cinco libros’, entre ellos el Génesis). Esta tradición se mantuvo incuestionada hasta la era de la Ilustración.

En la primera mitad del siglo XX, la ciencia de la arqueología bíblica, desarrollada por William F. Albright y sus seguidores, combinada con la aplicación de nuevos métodos de estudio como la crítica de fuentes y la historia de la tradición, desarrollada por Hermann Gunkel, Robert Alter y Martin Noth, parecieron demostrar que las historias del Génesis están basadas en tradiciones orales del II milenio a. C. Así, a mediados del siglo XX parecía que la arqueología y el mundo académico habían reconciliado la hipótesis de Wellhausen con una versión modificada de la autoría de Moisés.

Este consenso fue roto con la publicación de dos libros: La historicidad de las narraciones patriarcales (1974) de Thomas L. Thompson y Abraham en la historia y la tradición (1975) de John Van Seters. En ellos se señalaba que la evidencia arqueológica que conectaba al autor del Génesis al II milenio a. C. podría apuntar igualmente al I milenio a. C. y que las tradiciones orales no eran tan fácilmente recuperables como Gunkel y otros habían afirmado. Un tercer trabajo, La fabricación del Pentateuco (1987) de R. N. Whybray, analizó las asunciones que subyacían en el trabajo de Wellhausen y las consideró ilógicas y poco convincentes, mientras que William G. Dever atacó las bases filosóficas de la arqueología bíblica de Albright, argumentando que no era ni deseable ni posible usar la Biblia para interpretar los registros arqueológicos.

Actualmente las teorías mayoritarias se pueden dividir en tres grupos:

  • Revisiones del modelo documentario de Wellhausen, de las que el modelo de Friedman es una de las más conocidas.
  • Modelos fragmentarios, como el de R. N. Whybray, que ven la Torá como el producto de un único autor trabajando a partir de una multitud de pequeños fragmentos más que de extensas fuentes coherentes.
  • Modelos suplementarios como el de John Van Seter, que ve en el Génesis la adición gradual de material a lo largo de muchos siglos por muchos autores.

Géneros

El Génesis es un ejemplo de obra del género «antigüedades», tal y como lo conocían los romanos, un género popular que narraba la aparición de los seres humanos y sus antepasados y héroes, con elaboradas genealogías y cronologías adornadas con historias y anécdotas.​ Se encuentran ejemplos notables en la obra de los historiadores griegos del siglo VI a. C.: su intención era conectar a las familias notables de su época con un pasado lejano y heroico, y al hacerlo no distinguían entre mito, leyenda y hechos.​ El profesor Jean-Louis Ska, del Pontificio Instituto Bíblico, denomina la regla básica del historiador anticuario la «ley de la conservación»: todo lo antiguo es valioso, nada se elimina.​ Esta antigüedad era necesaria para demostrar el valor de las tradiciones de Israel a las naciones (los vecinos de los judíos en la antigua provincia persa de Judea) y para reconciliar y unir a las diversas facciones dentro del propio Israel.

Al describir la obra de los autores bíblicos, John Van Seters escribió que, al carecer de muchas tradiciones históricas y de ninguna del pasado lejano, «tuvieron que utilizar mitos y leyendas para los períodos anteriores. Para dar sentido a la variedad de versiones diferentes y a menudo contradictorias de las historias, y para relacionarlas entre sí, las encajaron en una cronología genealógica».Tremper Longman describe el Génesis como historia teológica: «Se da por sentado que estos acontecimientos tuvieron lugar, y no se discute. El objetivo del texto no es demostrar la historia, sino impresionar al lector con el significado teológico de estos actos».


El Génesis encaja en la definición de libro histórico bíblico, siempre que el término "histórico" no se entienda en el sentido que se otorga a la historiografía moderna. Esto es especialmente cierto para los capítulos sobre los orígenes y para la historia de los patriarcas.

Pero el Génesis también es lo siguiente:

  • Historia de familia: una larga serie de biografías, cronologías y genealogías de antepasados que se centran en los acontecimientos familiares ignorando los aspectos políticos o religiosos. No sigue la sucesión de gobiernos sino la de los parientes.
  • Historia popular: Suele detenerse en minucias argumentales que pueden interesar al pueblo llano y frecuentemente omite hechos que parecerían esenciales a los historiadores modernos.
  • Historia religiosa: Todo lo narrado es visto bajo el criterio de que es consecuencia de la acción directa de Yahvéh, el Dios único, que interviene en todos y cada uno de los momentos decisivos. Además, todos los hechos se agrupan y se explican en función de postulados teológicos destinados a probar una u otra tesis religiosa.

A pesar de estas precisiones, el Génesis está escrito de una manera que da la impresión de narrar -en la historia de los patriarcas- hechos que semejan ser reales, dando unas muy vívidas imágenes del origen y migraciones del pueblo hebreo, de sus raíces étnicas y lingüísticas y de sus estructuras morales, sociales y culturales.

Estructura

La historia primitiva

Su tema son cuatro acontecimientos principales:

Estructura:

  • La creación 1:1 - 2:3 (el primer relato de la creación).
  • Relato de los cielos y la tierra… 2:4 - 4:26 (el segundo relato de la creación y estancia en el Edén).
  • Libro de generaciones de Adán: 5:1 - 6:8
  • Registro de las generaciones de Noé: 6:9 – 9:29
  • Registro de las generaciones de Sem, Cam y Jafet: 10:1 – 11:9
  • Registro de las generaciones de Sem: 11:10-26

La historia patriarcal

TEMA: cuatro personajes sobresalientes:

Estructura:

  • Registro de las generaciones Taré: 11:27 - 25:11
  • Registro de las generaciones de Ismael: 25:12-18
  • Registro de las generaciones de Isaac; 25:19 - 35:29
  • Registro de las generaciones de Esaú: 36:1 - 37:1
  • Registro de las generaciones de Jacob: 37:2 - 50:26

Es costumbre de los hebreos dividir el libro —al igual que el resto de los libros del Pentateuco— en doce parashiot (plural femenina de parashah o parashá) o lecturas semanales, cada una de las cuales es leída cada semana en el ciclo anual de lecturas de la Torá en la sinagoga.

Resumen

Historia primigenia (capítulos 1-11)

«El arca de Noé» (1846), del pintor popular estadounidense Edward Hicks

La narrativa de la creación del Génesis comprende dos historias diferentes; los dos primeros capítulos se corresponden aproximadamente con ellas.​ En la primera, Elohim, la palabra en hebreo genérica para Dios, crea los cielos y la tierra, incluida la humanidad, en seis días, y descansa el séptimo. En el segundo, Dios, ahora denominado «Yahvé Elohim» (traducido como «el SEÑOR Dios» en las traducciones al inglés), crea a dos individuos, Adán y Eva, como el primer hombre y la primera mujer, y los coloca en el Jardín del Edén.

Dios le ordena al hombre que es libre de comer de cualquier árbol, incluido el árbol de la vida, excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Una serpiente, representada como una criatura engañosa o embaucadora, convence a Eva de que coma el fruto. Ella, a su vez, convence a Adán de que lo coma. Ambos se avergüenzan de su desnudez y son descubiertos por Dios, quien los expulsa del Edén y los castiga. Adán se ve obligado a ganarse el sustento con un trabajo difícil, y Eva a dar a luz con dolor. Los cristianos interpretan esto como la «caída del hombre» en el pecado. Eva da a luz a dos hijos, Caín y Abel. Caín trabaja en el jardín y Abel trabaja con la carne; un día, ambos ofrecen ofrendas a Dios, pero este no acepta la ofrenda de Caín, sino la de Abel. Esto hace que Caín sienta resentimiento hacia Abel; lo lleva a un campo y lo asesina. Entonces Dios maldice a Caín. Eva da a luz a otro hijo, Set, para ocupar el lugar de Abel.

Después de que muchas generaciones de Adán hayan pasado por las líneas de Caín y Set, el mundo se ha corrompido por el pecado humano y los nefilim. Dios tiene la intención de acabar con la humanidad por su maldad. Sin embargo, Noé es justo e irreprochable. Dios le ordena a Noé que construya un arca y guarde en ella todos los animales, siete parejas de cada animal limpio y una pareja de cada animal impuro. Luego, Dios envía un gran diluvio para destruir todo el mundo. Cuando las aguas retroceden, Dios establece un pacto con Noé, prometiendo que nunca más destruirá el mundo con agua, y creando un arco iris como símbolo de su promesa. Dios se ve a la humanidad cooperando para construir una gran ciudad torre, la Torre de Babel. Divide a la humanidad con muchos idiomas y los separa con confusión. A continuación, se describe una línea generacional desde Sem hasta Abram.

La era patriarcal (capítulos 12-50)

«El viaje de Abram desde Ur a Canaán» (József Molnár, 1850)

Abram, un hombre descendiente de Noé, recibe instrucciones de Dios para viajar desde su hogar en Ur de los caldeos a la tierra de Canaán. Allí, Dios le hace una promesa a Abram, prometiéndole que sus descendientes serán tan numerosos como las estrellas, pero que el pueblo sufrirá opresión en tierra extranjera durante cuatrocientos años, tras los cuales heredarán la tierra «desde el río de Egipto hasta el gran río, el río Éufrates». El nombre de Abram se cambia por el de Abraham y el de su esposa y media hermana Sarai por el de Sara (que significa «princesa»). Dios establece que todos los varones deben ser circuncidados como señal de su promesa a Abraham. Debido a su avanzada edad, Sara le dice a Abraham que tome a su sierva egipcia, Agar, como segunda esposa. A través de Agar, Abraham engendra a Ismael.

Entonces Dios planea destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra por los pecados de sus habitantes. Abraham intercede por la ciudad, para que no sea destruida si se encuentran allí diez personas justas. Los ángeles sacan a Lot, sobrino de Abraham, y a su familia de Sodoma. Las ciudades son destruidas; su esposa se vuelve para mirarlas y se convierte en una estatua de sal. Las hijas de Lot, preocupadas por ser fugitivas y no encontrar nunca marido, emborrachan a Lot para tener sexo con él y quedarse embarazadas. Dan así a luz a los antepasados de los moabitas y los ammonitas.

Abraham y Sara se dirigen a la ciudad filistea de Gerar, afirmando ser hermano y hermana. El rey de Gerar toma a Sara como esposa, pero Dios le advierte que la devuelva y él obedece. Dios le envía un hijo a Sara y le dice que debe llamarlo Isaac; a través de él se establecerá el pacto. Sara entonces expulsa a Ismael y a su madre Agar al desierto, pero Dios los salva y promete hacer de Ismael una gran nación.

«El ángel impide el sacrificio de Isaac» (Rembrandt, 1635)

Dios pone a prueba a Abraham exigiéndole que sacrifique a Isaac. Cuando Abraham está a punto de clavar el cuchillo en su hijo, «el ángel del Señor» lo detiene y recompensa su obediencia prometiéndole de nuevo innumerables descendientes. A la muerte de Sara, Abraham compra Macpela para construir una tumba familiar y envía a su sirviente a Mesopotamia para encontrar entre sus parientes una esposa para Isaac; tras demostrar su valía, Rebeca se convierte en la prometida de Isaac. Keturah, la otra esposa de Abraham, da a luz a más hijos, entre cuyos descendientes se encuentran los midianitas. Abraham muere a una edad avanzada y próspera, y su familia lo entierra en Macpela.

«Jacob huye de Labán» (1897), de Charles Foster.

La esposa de Isaac, Rebeca, da a luz a los gemelos Esaú, padre de los edomitas, y Jacob. Esaú, al ser el primogénito, tiene derecho a la primogenitura; sin embargo, por descuido, vende su primogenitura a Jacob a cambio de un plato de potaje. Rebeca se asegura de que Jacob obtenga la bendición de su padre como hijo primogénito y heredero. A los 77 años, Jacob busca esposa y conoce a Raquel en un pozo. Acude a su padre y a su tío, Labán, donde trabaja durante catorce años para conseguir a Lea, la hija primogénita de Labán, y a Raquel. Jacob saca a su familia de la casa de Labán; con sus esposas y sus sirvientas tiene doce hijos, los antepasados de las Doce tribus de Israel, y una hija, Dina. El nombre de Jacob se cambia por el de Israel después de luchar con un ángel.

Siquem, hijo de Hamor el heveo, viola a Dina y le pide a su padre que le consiga a Dina como esposa. Jacob acepta el matrimonio, pero exige que todos los varones de la tribu de Hamor sean circuncidados, incluidos Hamor y Siquem. Los hijos de Jacob, Simeón y Leví, asesinan a todos los varones de la tribu de Hamor mientras se recuperan de la circuncisión. Jacob les advierte que su acto provocará la venganza de otros, concretamente de los cananeos y los perizitas. Jacob y su tribu se apoderan de todas las propiedades de los heveos.

José, el hijo favorito de Jacob entre los doce, despierta los celos de sus hermanos. Estos venden a José en secreto como esclavo en Egipto. José sufre muchas pruebas, entre ellas ser condenado injustamente a la cárcel, pero permanece fiel a Dios. Después de varios años, prospera allí cuando el faraón de Egipto le pide que interprete un sueño que tuvo sobre una hambruna inminente, lo que José hace con la ayuda de Dios. Entonces, el agradecido faraón lo nombra segundo al mando de Egipto y, más tarde, se reúne con su padre y sus hermanos, que no lo reconocen y le suplican comida cuando la hambruna llega a Canaán. Después de poner a prueba su fe, José se revela, los perdona por sus acciones y los deja entrar a ellos y a sus familias en Egipto, donde el faraón les asigna la tierra de Gosén. Jacob llama a sus hijos a su lecho y les revela su futuro antes de morir. José vive hasta una edad avanzada y, antes de morir, les dice a sus hermanos que, si Dios los saca del país, deben llevarse sus huesos con ellos.


También puede estructurarse de la siguiente forma: El Génesis parece estar estructurado en torno a la frase recurrente elleh toledot, que significa «estas son las generaciones», y cuyo primer uso se refiere a las «generaciones del cielo y la tierra», mientras que el resto se refiere a individuos. ​ La fórmula toledot, que aparece once veces en el libro del Génesis, sirve como encabezado que marca la transición a un nuevo tema. ​ Las toledot dividen el libro en las siguientes secciones:

Otra estructura

  1. Génesis 1:1–2:3 En el principio (prólogo)
  2. Génesis 2:4–4:26 Toledot del cielo y la tierra (narrativa)
  3. Génesis 5:1–6:8 Toledot de Adán (genealogía, para referencias cruzadaz véase Generaciones de Adán)
  4. Génesis 6:9–9:29 Toledot de Noé (Narrativa del Diluvio del Génesis)
  5. Génesis 10:1–11:9 Toledot de los hijos de Noé Sem, Cam y Jafet (genealogía)
  6. Génesis 11:10–26 Toledot de Sem (genealogía)
  7. Génesis 11:27–25:11 Toledot de Terah (narrativa de Abraham)
  8. Génesis 25:12-18 Toledot de Ismael (genealogía)
  9. Génesis 25:19–35:29 Toledot de Isaac (narrativa de Jacob)
  10. Génesis 36:1–36:8 Toledot de Esau (genealogía)
  11. Génesis 36:9–37:1 Toledot de Esaú «el padre de los edomitas» (genealogía)
  12. Génesis 37:2–50:26 Toledot de Jacob (narrativa de José)

Temas

«José reconocido por sus hermanos» (Léon Pierre Urban Bourgeois, 1863)

Promesas a los antepasados

En 1978, David Clines publicó «El tema del Pentateuco». Considerado influyente por ser uno de los primeros autores en abordar la cuestión del tema general del Pentateuco, Clines llegó a la conclusión de que el tema general es «el cumplimiento parcial —lo que implica también el incumplimiento parcial— de la promesa o bendición de los patriarcas». (Al calificar el cumplimiento de «parcial», Clines llamaba la atención sobre el hecho de que, al final del Deuteronomio, el pueblo de Israel sigue estando fuera de Canaán).

Los patriarcas, o antepasados, son Abraham, Isaac y Jacob, con sus esposas (normalmente se excluye a José).​ Dado que el nombre YHWH no les había sido revelado, adoraban a Él en sus diversas manifestaciones.​ Sin embargo, cabe señalar que en la fuente yahvista, los patriarcas se refieren a la deidad con el nombre YHWH, por ejemplo, en Génesis 15. A través de los patriarcas, Dios anuncia la elección de Israel, es decir, elige a Israel para que sea su pueblo especial y se compromete con su futuro.​ Dios dice a los patriarcas que será fiel a sus descendientes (es decir, a Israel), y se espera que Israel tenga fe en Dios y en su promesa. («Fe» en el contexto del Génesis y la Biblia en hebreo significa un acuerdo con la relación prometida, no un conjunto de creencias).

La promesa en sí misma tiene tres partes: descendencia, bendiciones y tierra.​ El cumplimiento de la promesa a cada patriarca depende de tener un heredero varón, y la historia se complica constantemente por el hecho de que cada futura madre —Sara, Rebeca y Raquel— es estéril. Sin embargo, los antepasados mantienen su fe en Dios y, en cada caso, Dios les da un hijo; en el caso de Jacob, doce hijos, la base del pueblo elegido, los israelitas. Cada generación sucesiva de las tres promesas alcanza un cumplimiento más rico, hasta que, a través de José, «todo el mundo» alcanza la salvación del hambre,​ y al llevar a los hijos de Israel a Egipto, se convierte en el medio a través del cual se puede cumplir la promesa.

El pueblo elegido de Dios

Los estudiosos coinciden en general en que el tema de la promesa divina une los ciclos patriarcales, pero muchos discuten la eficacia de intentar examinar la teología del Génesis siguiendo un único tema general, y citan como más productivo el análisis del ciclo de Abraham, el ciclo de Jacob y el ciclo de José, y las fuentes Yahwista y Sacerdotal. ​ El problema radica en encontrar una forma de unir el tema patriarcal de la promesa divina a las historias del Génesis 1-11 (la historia primigenia) con su tema del perdón de Dios ante la naturaleza malvada del hombre. ​ Una solución es ver las historias patriarcales como resultado de la decisión de Dios de no permanecer alejado de la humanidad:​ Dios crea el mundo y a los seres humanos, estos se rebelan y Dios «elige» (selecciona) a Abraham.

A esta trama básica (que proviene del yahvista), la fuente sacerdotal ha añadido una serie de pactos que dividen la historia en etapas, cada una con su propio «signo» distintivo. El primer pacto es entre Dios y todos los seres vivos, y está marcado por el signo del arco iris; el segundo es con los descendientes de Abraham (Isaac e Ismael), y su signo es la circuncisión; y el último, que no aparece hasta el Libro del Éxodo, es solo con Israel, y su signo es el sábado. Un gran líder media en cada pacto (Noé, Abraham, Moisés), y en cada etapa Dios se revela progresivamente por su nombre (Elohim con Noé, El Shaddai con Abraham, Yahvé con Moisés).

El engaño

A lo largo del Génesis, varios personajes recurren al engaño o la astucia para sobrevivir o prosperar. El erudito bíblico David M. Carr señala que estas historias reflejan la vulnerabilidad que sentían los antiguos israelitas y que «estas historias pueden ser una forma importante de obtener esperanza y resistir la dominación». Algunos ejemplos son:

  • Para evitar ser asesinado, un patriarca (Abraham en 12:10-20 y 20:1-18 e Isaac en 26:6-11) le dice a un rey que su esposa es solo su hermana y no también su esposa. (Génesis 12:11-13 y Génesis 20:11-12)
  • En el capítulo 25, Jacob engaña a Esaú para que le venda su primogenitura a cambio de un plato de lentejas.
  • En el capítulo 27, Isaac es engañado por Rebeca para que le dé a Jacob la bendición superior en lugar de a Esaú.
  • En el capítulo 29, Jacob cree que se va a casar con Raquel, pero es engañado para que se case con su hermana.

Interpretaciones de la creación del mundo y el relato del Edén

Abraham presenta a Isaac en sacrificio.

A menudo se estudian los once primeros capítulos del Génesis aparte del resto, pues relatan en una forma popular el origen y creación del mundo, el hombre y la vida en general.

La historia de la creación del mundo comienza con una contradicción sustancial entre el primer capítulo y el segundo capítulo del Génesis. En el primer capítulo Dios crea primero a los animales, y entonces crea al hombre y a la mujer a su imagen, sin establecer ninguna prioridad entre ellos;​ pero en el segundo capítulo​ aparece una nueva introducción a un relato distinto: Dios, esta vez llamado Yahvéh crea primero al primer hombre, Adán y lo ubica en el huerto del Edén; más adelante crea a los animales y por último crea a la primera mujer, Eva, de una costilla de Adán.

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Génesis 1.1 (versión Reina-Valera, 1960)
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó
Génesis 1.27 (versión Reina-Valera, 1909)
Y de la costilla que Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre
Génesis 2.22 (versión Reina-Valera, 1909)

Se han realizado innumerables lecturas de los primeros capítulos del Génesis y varias explicaciones del doble relato de la creación del mundo: además de las interpretaciones oficiales de cada Iglesia cristiana y las distintas tradiciones judaicas, se hicieron lecturas por fuera de la religión oficial: místicas, alegóricas y científico-académicas. Entre ellas están la Cábala hebrea, la alegórica, incluyendo una alegoría a la teoría del Big Bang y la teoría de la evolución darwinista.

El estudio crítico de los textos bíblicos, a partir del siglo XIX, llevó a construir la hipótesis documentaria sobre la redacción del Pentateuco. Según esta hipótesis, que es la más aceptada en la actualidad, el capítulo 1 del Génesis habría sido redactado por la tradición sacerdotal, posterior al exilio en Babilonia, mientras que el capítulo 2 provendría de la escuela yavista, mucho más antigua, de la época de los reinos de Judá e Israel. El relato del capítulo 1 del Génésis tendría el propósito de reforzar la idea del sábado como día sagrado de descanso.

Por el contrario, para los creacionistas, partidarios de la veracidad literal de la Biblia, no habría contradicción entre los dos capítulos sino que cada uno haría hincapié en un aspecto distinto de la creación. El primer capítulo del libro expondría, según ellos, un resumen global de la creación que culmina con la institución del día de reposo, mientras que en el segundo se detallaría la creación humana y la institución del matrimonio. Según los creacionistas, la aparente contradicción nacería de un error de traducción. En la Antigua Reina Valera, en el versículo 19 del capítulo 2, se usa el pasado perfecto '"formó"' en vez del pasado pluscuamperfecto '"había formado"', dando al pasaje un sentido ambiguo.

Formó, pues, Dios de la tierra, toda bestia del campo y toda ave de los cielos y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.
Génesis 2.19

Siempre según los creacionistas, el pasaje de Génesis 1:27 no diría que Adán y Eva fueran creados simultáneamente, sino que fueron creados en el mismo día, por lo que el capítulo segundo no contradiría al primero, sino que solo añadiría detalles no mencionados en el capítulo 1.

Fuera de las lecturas creacionistas, la discrepancia bíblica sobre la creación alimentó la leyenda posterior de Lilith, según la cual Dios creó primero una mujer llamada Lilith, que sería la mujer referida en el primer capítulo, y Eva, que aparece en el segundo, resultaría ser en cambio la segunda mujer. (véase Leyendas del cristianismo).

Relación entre el «Génesis» bíblico y los mitos sumerios

Al analizar la mitología sumeria y relacionadas (sumerios, acadios, babilonios y asirios), en tablillas con historias de origen sumerio ―como el Enuma Elish―, se pueden encontrar puntos similares, o potencialmente influyentes en la historia bíblica del Génesis.

  • Según la mitología sumeria, la diosa Ki tomó un hueso de Enki y creó una diosa llamada Nin-ti, la ‘mujer del hueso’. (Paralelismos con la historia de Eva).
  • Enki creó a los seres humanos y un lugar donde el hombre podía vivir sin miedo a los animales, un lugar sin terror; pero posteriormente su hermano Enlil descubrió que los humanos tenían un comportamiento inadecuado, y por ello los expulsó de este paraíso. (Paralelismos con la historia del Jardín del Edén).
  • También se mencionan las disputas de dos dioses, la diosa del grano llamada Ashnan y la diosa del ganado llamada Lahar. Un problema similar se menciona entre Emesh y Enten que estaban encargados de la vegetación, bosques y campos, y el otro de las cosechas y la agricultura y de los animales y el ganado, los cuales tuvieron una gran disputa (Paralelismos con la historia de Abel y Caín).
  • La historia bíblica del Diluvio universal, y la historia de Utnapishtim.

No obstante, algunos autores creacionistas como Murray Adamthwaite niegan que haya causalidad entre los relatos sumerios y el Génesis.

Véase también

Referencias y notas al pie

  1. Hamilton, 1990, p. 1.
  2. Oliver, 2017.
  3. a b Bergant, 2013, p. xii.
  4. Bandstra, 2008, p. 35.
  5. Bandstra, 2008, p. 78.
  6. a b c Bandstra, 2004, pp. 28–29.
  7. Sweeney, 2012, p. 657.
  8. Oliver, Simon (2017). Creation. Bloomsbury. p. 11-12. ISBN 9780567656117. 
  9. Hendel, 1992, p. 933.
  10. Carr, 2000, p. 491.
  11. Van Seters, 1998, p. 5.
  12. Longman, 2005, pp. 47–48.
  13. a b Davies, 1998, p. 19.
  14. Génesis 14
  15. Van Seters, 1998, p. 9.
  16. Davies, 1998, p. 20.
  17. «Pentateuco - Enciclopedia Católica». ec.aciprensa.com. Consultado el 22 de agosto de 2021. 
  18. Richard Elliot Friedman: "The Bible with sources revealed", 2003.
  19. R. N. Whybray, The making of the Pentateuch: a methodological study. Sheffield: JSOT Press, 1987.
  20. Van Seters, John: Abraham in history and tradition. Yale University Press, 1975.
  21. Van Seters, 2004, pp. 113–114.
  22. Whybray, 2001, p. 39.
  23. a b Ska, 2006, p. 169.
  24. Van Seters, 1998, pp. 21–22.
  25. Longman, 2005, p. 62.
  26. Hablando de la desunión del Pentateuco, Baden (2019, p. 14) escribe: «Las dos historias de la creación del Génesis 1 y 2 proporcionan la salva inicial. Es imposible leerlas como una única narración unificada, ya que discrepan en casi todos los puntos, desde la naturaleza del mundo anterior a la creación hasta el orden de la creación y la duración de la misma».
  27. Mathews, 1996, p. 290.
  28. Hamilton, 1990, p. 242.
  29. Hamilton, 1990, p. 2.
  30. Schwartz, 2016, p. 1.
  31. Arnold, 1998, pp. 17–18.
  32. Leithart, 2017.
  33. Clines, 1997, p. 30.
  34. a b Hamilton, 1990, p. 50.
  35. Collins, 2007, p. 47.
  36. Brueggemann, 2002, p. 61.
  37. Brueggemann, 2002, p. 78.
  38. McKeown, 2008, p. 4.
  39. Wenham, 2003, p. 34.
  40. Hamilton, 1990, pp. 38–39.
  41. Hendel, 1992, p. 935.
  42. a b Kugler y Hartin, 2009, p. 9.
  43. Carr, 2021, pp. 50–51.
  44. Génesis 1:25-26
  45. Génesis 2:4
  46. «Lilith, la demoniaca primera mujer que abandonó a Adán según la tradición judía». Diario ABC. 14 de septiembre de 2015. Consultado el 19 de junio de 2025. 
  47. Es posible que tanto los sumerios como los antiguos hebreos estuvieran muy familiarizados con las osamentas de animales. Notarían con facilidad que a los esqueletos humanos de varones no les faltaba ninguna costilla, y en cambio sí les faltaba un hueso fundamental que encontrarían en todas las osamentas de animales machos: el báculo. Quizá sea este el «hueso» (tzelá) cuya ausencia los antiguos notaban en los esqueletos humanos.
  48. Adamthwaite, Murray. «Is Genesis 1 Just Reworked Babylonian Myth?». Journal of Creation. 

Bibliografía

Lecturas complementarias

Comentarios

General

Enlaces externos


Predecesor:
-
Bereshit
Libro de la Torá
Sucesor:
Shemot

Predecesor:
-
Génesis
Libro del Pentateuco
Sucesor:
Éxodo