Jorge Ruffier Acosta

En el presente artículo, vamos a adentrarnos en el fascinante mundo de Jorge Ruffier Acosta. Desde sus orígenes hasta su evolución actual, pasando por sus múltiples facetas y aplicaciones en diferentes contextos, nos sumergiremos en un recorrido detallado que nos permitirá comprender a fondo su importancia e impacto en la sociedad. Jorge Ruffier Acosta es un tema que ha despertado el interés de muchos a lo largo del tiempo, y en este artículo exploraremos sus aspectos más relevantes, descubriremos sus posibles implicaciones futuras y analizaremos su relevancia en el mundo actual. No importa si eres un experto en la materia o si apenas estás comenzando a adentrarte en ella, este artículo te brindará información valiosa y te invitará a indagar más en el apasionante universo de Jorge Ruffier Acosta.

Jorge Ruffier Acosta
Información personal
Nacimiento 1908
Pekín, Imperio Chino
Fallecimiento 5 de marzo de 1975 (67 años)
Bandera de México Ciudad de México (Distrito Federal), México
Nacionalidad Mexicana
Información profesional
Ocupación arqueólogo

Jorge Ruffier Acosta (Pekín, 1908 - Distrito Federal, 5 de marzo de 1975) fue un arqueólogo mexicano. En tanto que su padre se desempeñaba como diplomático del gobierno de Porfirio Díaz, Jorge Ruffier Acosta nació en la ciudad de Pekín (China) durante el mandato de la Dinastía Qing, aunque la fecha de su nacimiento no es bien conocida. Cuando murió a la edad de 67 años, era jefe de la Sección de Mantenimiento y Conservación del Departamento de Monumentos Prehispánicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México.

Acosta inició su carrera como arqueólogo en Guatemala, en 1928. Fue colaborador de Alfonso Caso en las excavaciones de Monte Albán, realizadas durante la década de 1930 y principios de los años 1940. Estas excavaciones dieron como resultado la definición de una secuencia histórica para esa ciudad localizada en los Valles Centrales de Oaxaca. En 1940 inició una serie de trece temporadas de trabajo de campo en Tollan-Xicocotitlan, más conocido como Tula, que a su vez permitieron el rescate de importantes piezas arqueológicas, entre ellas, los Atlantes de Tula; así como la restauración de los principales monumentos de la capital tolteca. Posteriormente participó en la restauración de Palenque y Teotihuacán.

En su memoria, el museo arqueológico de sitio en Tula, lleva su nombre.