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La leche frita es un tipo de fritura de sartén dulce propia de la repostería española. Se realiza a base de harina cocida con leche y azúcar hasta que espese, cortándose la masa resultante en porciones que posteriormente se fríen. Suele servirse como un postre, espolvoreado con azúcar y canela en polvo.
El origen de la receta es incierto, reivindicando varias regiones españolas su autoría, si bien se suele considerar que surgió en Zamora, propagándose luego por diversas provincias del país.
Debido a que sigue siendo tradicional elaborar la leche frita de forma casera y artesanal, existen muchas variantes tanto en la receta como en la forma de preparación y la presentación final. Todas ellas tienen en común la cocción de la leche con azúcar, canela en rama y opcionalmente cáscara de limón. En un bol se mezclan azúcar, harina y yema de huevo, incorporando luego la leche templada para mezclar bien y cocer a fuego suave. Se obtiene así una masa espesa que se dispone en una fuente untada con mantequilla fundida, con un espesor de 1 a 2 cm, y se deja enfriar para luego cortarla en porciones alargadas, cuadradas, rectangulares o romboidales. Se rebozan éstas en harina y huevo batido y se fríen, sirviendo espolvoreadas con azúcar y canela en polvo. Pueden hacerse con otro sabor, como es el chocolate, añadiendo una o dos cucharadas de cacao en polvo a la mezcla de la harina.